Desde Mendoza, una de las provincias más vinculadas al desarrollo turístico en la Argentina, surge una nueva esperanza de reconocimiento a nivel global. La posibilidad de que uno de sus pueblos andinos sea distinguido entre los mejores del mundo por ONU Turismo se suma a una lista cada vez más extensa de destinos nacionales que priorizan el desarrollo sostenible, la identidad cultural y la integración de sus comunidades en la actividad turística.
Este año, el país presenta ocho candidatos al programa Best Tourism Villages, una iniciativa internacional que distingue a aquellas localidades rurales que promueven valores sociales, ambientales y patrimoniales a través del turismo. A diferencia de otros galardones, este no mide la fama del destino ni la cantidad de visitantes, sino su capacidad para preservar tradiciones, proteger el entorno y fomentar el bienestar local.
En ese contexto, uno de los pueblos que representa a la Argentina es Uspallata, un rincón cordillerano enclavado entre montañas, con menos de 7.000 habitantes y una historia tan rica como su paisaje. Situado en el departamento de Las Heras, a más de 1.800 metros sobre el nivel del mar, el lugar se convierte en un puente entre el pasado histórico del país y una visión de turismo centrada en lo humano y lo auténtico.
Dónde queda Uspallata, Mendoza
Uspallata se encuentra en el noroeste de la provincia de Mendoza, dentro del departamento de Las Heras, a poco más de 100 kilómetros de la ciudad capital. Su ubicación es estratégica: está en plena cordillera de los Andes, en la ruta internacional que conecta Argentina con Chile por el paso Cristo Redentor. Esta característica lo convierte no solo en una escala clave para quienes viajan entre ambos países, sino también en un centro de atracción por derecho propio.
Rodeado de cerros, valles y formaciones geológicas únicas, Uspallata se asienta en un oasis de altura que contrasta con la aridez de su entorno. Su clima seco y las grandes amplitudes térmicas dan lugar a paisajes que cambian con cada estación, atrayendo tanto a amantes de la aventura como a quienes buscan descanso en un entorno natural.
Uspallata
Cabañas Inca Roca
Qué puedo hacer en Uspallata, Mendoza
A pesar de su tamaño, Uspallata ofrece una variedad de actividades que combinan naturaleza, historia y cultura. Uno de sus mayores atractivos es su cercanía con el cerro Aconcagua, la montaña más alta de América, ideal para quienes desean practicar senderismo o simplemente disfrutar de vistas imponentes. También se encuentra próximo al centro de esquí Penitentes y al famoso Puente del Inca, una formación natural con aguas termales que cautiva por su colorido y su mística.
En el casco urbano y sus alrededores, los visitantes pueden recorrer antiguas capillas, puestos criollos y construcciones de adobe que dan cuenta de un pasado ligado a las rutas coloniales y a la gesta libertadora. En este sentido, Uspallata fue una parada clave durante el Cruce de los Andes llevado a cabo por el general José de San Martín en 1817, y aún hoy conserva huellas de esa epopeya en museos y sitios históricos.
Los más aventureros pueden realizar excursiones en bicicleta, cabalgatas o travesías en 4x4 por los caminos de montaña. También es posible visitar yacimientos arqueológicos, como las Bóvedas de Uspallata, hornos coloniales construidos por los jesuitas en el siglo XVIII, o explorar zonas donde antiguas culturas dejaron petroglifos como testimonio de su paso.
Ruinas de Paramillos de Uspallata, Mendoza
Instagram @minasdeparamillos
Cómo llegar a Uspallata, Mendoza
El acceso a Uspallata es relativamente sencillo desde la ciudad de Mendoza. El trayecto de unos 110 kilómetros puede realizarse por la Ruta Nacional 7, en un recorrido de aproximadamente dos horas en vehículo particular o en ómnibus de media distancia, que cuentan con frecuencias diarias desde la terminal de la capital provincial.
Quienes lleguen desde otras provincias o el extranjero pueden tomar vuelos al aeropuerto internacional El Plumerillo y, desde allí, combinar con servicios terrestres hacia la montaña. La ruta, en excelente estado, atraviesa paisajes de alta montaña que, en invierno, requieren precaución por la posible presencia de nieve o hielo, aunque permanece habilitada la mayor parte del año.