En las sierras del norte mendocino, se levanta un lugar que parece detenido en el tiempo. Allí, donde la aridez del paisaje convive con el viento persistente, se encuentran las huellas de una explotación minera que marcó el rumbo de la región hace más de tres siglos. Los restos de túneles, capillas y galpones todavía conservan la memoria de quienes trabajaron en condiciones extremas y actualmente es un destino ideal para hacer turismo en Argentina.
A escasos kilómetros de la cordillera, en las Minas Jesuitas de Paramillos se pueden recorrer senderos cargados de relatos sobre la vida jesuita y de leyendas locales que hablan de voces misteriosas que se oyen en la oscuridad. Para quienes disfrutan de los destinos menos transitados, es una experiencia que combina aventura, contemplación y un fuerte vínculo con la historia.
Además, el paisaje agreste ofrece la oportunidad de conectar con la naturaleza desde otra mirada: montañas que parecen esculpidas por el tiempo, un cielo despejado ideal para la fotografía, y el silencio que envuelve cada paso como si fuera un guardián de las ruinas. Visitar este sitio es revivir un capítulo poco contado de la provincia, y al mismo tiempo disfrutar de un escenario perfecto para la primavera.
Dónde queda las Minas Jesuitas de Paramillos
Las Minas Jesuitas de Paramillos están ubicadas en Uspallata, dentro del departamento de Las Heras, en el norte de Mendoza. Rodeadas de cerros y quebradas, conforman un entorno particular, con caminos de tierra y un clima seco que aporta un aire diferente a la experiencia. La altura y el ambiente solitario hacen que este lugar sea elegido tanto por turistas como por grupos de senderismo e investigadores del patrimonio jesuita.
Qué puedo hacer en las Minas Jesuitas de Paramillos
El antiguo complejo minero funcionó desde fines del siglo XVII y llegó a emplear a más de 4.500 huarpes. En sus ruinas aún se distinguen restos de galpones, una capilla y túneles excavados en la montaña, que le valieron el apodo de “Ciudad Fantasmal”. No es casualidad: vecinos de la zona cuentan historias de lamentos y apariciones en las noches más oscuras.
Recorrer este sitio permite entender cómo se articuló la economía colonial, el rol de las comunidades originarias y la influencia de los jesuitas en la región. Al mismo tiempo, ofrece un escenario perfecto para caminatas, salidas fotográficas o simplemente para dejarse llevar por el magnetismo de un paisaje que habla de esfuerzo, fe y resistencia.
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Cómo llegar a las Minas Jesuitas de Paramillos
Se debe tomar la Ruta Nacional 7 (RN7) en dirección a San Luis, cruzando la Pampa Húmeda y llegando a la ciudad de San Luis tras unos 800 km. Desde allí, sigue la RN7 hacia el oeste, ascendiendo gradualmente por la cordillera de los Andes, pasando por la Villa de Merlo (si deseas una desviación turística) y luego por el Embalse La Florida.
Una vez en Mendoza capital, toma la RN7 hacia el oeste por unos 70 km más hasta el Parque Provincial Villavicencio, donde girarás hacia la Ruta Provincial 52 (ex RN7), un camino de montaña sinuoso y parcialmente sin pavimentar que asciende hasta los 2.700 metros de altitud. Las ruinas de las minas jesuitas, con sus galerías subterráneas del siglo XVII, se encuentran a 24 km de Uspallata, al final de esta ruta