A veces, para desconectar un poco de la rutina porteña, no hace falta recorrer cientos de kilómetros ni planificar un viaje largo. A solo dos horas de la Ciudad de Buenos Aires hay un pueblo costero que conserva su impronta de época y que se convirtió en un lugar elegido para pasar el día, acampar o estirar el descanso un fin de semana.
Se trata de Atalaya, una localidad que alguna vez tuvo el pulso marcado por el tren y que hoy se reinventa gracias a la vida cultural, las actividades náuticas y el turismo de cercanía. La historia todavía late en sus calles: la vieja estación ferroviaria, inaugurada en 1893, se mantiene en pie, aunque ya no recibe formaciones y funciona como sede de la delegación municipal.
Quienes llegan descubren un paisaje simple pero atractivo: playas públicas con vista al Río de la Plata, zonas de camping con muelle para pescar, parrillas para compartir un asado y un club náutico que convoca a los amantes de la navegación. Sin grandes artificios, el pueblo tiene ese encanto de los destinos chicos donde se respira calma y se conversa sin apuro.
Atalaya, escapadas
Turismo Magdalena
Dónde queda Atalaya
Atalaya se ubica en el este de la provincia de Buenos Aires, muy cerca de la ciudad de Magdalena. Está asentado a orillas del Río de la Plata, entre La Balandra al norte y Punta Indio al sur. En auto, el viaje desde CABA ronda las dos horas, lo que lo convierte en una alternativa cómoda para escaparse sin demasiada logística.
Qué puedo hacer en Atalaya
Uno de los puntos emblemáticos es la antigua estación del Ferrocarril General Roca, hoy transformada en espacio cultural donde se organizan eventos y propuestas comunitarias. Para quienes prefieren el aire libre, las opciones se multiplican: pasar la tarde en la playa, recorrer la costa con mate en mano, practicar pesca en el muelle o simplemente tirarse a descansar bajo la sombra de los árboles.
El camping municipal es una de las paradas más buscadas, sobre todo por grupos de jóvenes y familias que valoran la tranquilidad del lugar. Allí hay cabañas, sanitarios, parrillas y acceso directo al río. Además, el Yacht Club Atalaya ofrece cursos de timonel y actividades náuticas que mantienen viva la tradición marítima de la zona.
El calendario también suma atractivos. Entre ellos, la Fiesta del Fiambre, que cada año convoca a miles de visitantes y se consolidó como una de las celebraciones típicas de la región.
Atalaya
Se trata de una opción distinta, a pocas horas de la Ciudad de Buenos Aires y donde podés disfrutar con familia o amigos.
Cómo llegar a Atalaya
La ruta es bastante directa. Desde Buenos Aires se toma la Autopista Buenos Aires–La Plata hasta su finalización. Luego hay que atravesar la ciudad de La Plata y enganchar la Ruta Provincial Nº 11, que conduce hacia la costa hasta desembocar en Atalaya. El viaje, sin paradas, demanda unas dos horas