El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió que los ganaderos de ese país bajen los precios, luego de que la secretaria de Agricultura de ese país, Brooke Rollins, confirmara que su país comprará carne argentina, en línea con los dichos del republicano.
En la red social Truth Social, Trump afirmó que los ganaderos atraviesan una buena posición por una medida que resolvió: "Los ganaderos, a quienes aprecio mucho, no comprenden que la única razón por la que les está yendo tan bien, por primera vez en décadas, es porque impuse aranceles al ganado que ingresa a Estados Unidos, incluido un arancel del 50 % al de Brasil".
En tal sentido, les pidió que reduzcan los precios para considerar a los compradores. "Si no fuera por mí, estarían en la misma situación que han tenido durante los últimos 20 años: ¡terrible! Sería estupendo que lo entendieran, pero también tienen que bajar sus precios, porque el consumidor es un factor muy importante en mi forma de pensar", expresó.
Los dichos del mandatario estadounidense se produjeron después de que a bordo del avión presidencial Air Force One reconociera la chance de adquirir carne argentina. "Compraríamos algo de carne de Argentina. Si hacemos eso, nuestros precios de la carne de res bajarán", afirmó Trump, confirmando la estrategia de utilizar la importación para influir en la dinámica del mercado doméstico.
Donald Trump publicación ganaderos
La publicación de Donald Trump.
Truth Social
Rollins precisó que el diálogo con el Gobierno argentino continúa, aunque anticipó que el volumen de exportaciones será reducido. “No será mucho lo que compremos”, dijo la funcionaria, en declaraciones que moderan las expectativas del sector agroexportador argentino.
La advertencia apunta al control de la fiebre aftosa, una enfermedad erradicada oficialmente en la Argentina según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), pero que sigue siendo motivo de cautela para Washington. “Argentina enfrenta un problema de fiebre aftosa y tenemos que garantizar que nuestra industria ganadera esté segura”, enfatizó Rollins.
Estados Unidos consume unas 12 millones de toneladas métricas de carne bovina al año, de las cuales 10 millones se producen localmente. El resto se importa bajo estrictos protocolos. “Este es un mercado muy matizado y muy complejo”, explicó Rollins, al remarcar que las restricciones buscan proteger el rodeo estadounidense.
Productores ganaderos de Estados Unidos rechazan importar más carne de Argentina
La propuesta del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de considerar la importación de carne vacuna argentina para mitigar los precios récord en el mercado interno generó un fuerte rechazo entre los agricultores y ganaderos locales. La iniciativa, presentada días después de sellarse un acuerdo de swap financiero por u$s20.000 millones, agudiza las tensiones comerciales internas en Estados Unidos respecto a su relación con Argentina.
El anuncio fue realizado por el propio mandatario el domingo, quien justificó la medida como un gesto de apoyo a "un muy buen país, un muy buen aliado" y una vía para aliviar la presión sobre los precios internos de la carne vacuna, que han escalado a máximos históricos. Sin embargo, la argumentación presidencial no logró apaciguar la preocupación de un sector agrícola estadounidense que ya había manifestado su descontento por el reciente soporte financiero otorgado a un competidor directo en el plano global.
La oposición del sector rural fue inmediata y contundente. Colin Woodall, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Ganaderos Bovinos, advirtió que "este plan solo crea caos en un momento crítico del año para los productores de ganado estadounidenses y no hace nada para reducir los precios en las tiendas". La principal crítica de los gremios productivos es que la medida no aborda las causas estructurales del alza de precios y, en cambio, amenaza la subsistencia y el principio de libre mercado para los ganaderos locales.
La frustración de los agricultores se cimenta en la rivalidad comercial existente, particularmente en el ámbito de la soja. Argentina representa una competencia directa para el sector agrario de Estados Unidos, especialmente en la venta de la oleaginosa a China. La tensión se disparó luego de que Pekín cortara las importaciones de soja norteamericana a raíz de la guerra arancelaria desatada a inicios de año, mientras Argentina capitalizaba la situación y aumentaba sus exportaciones al gigante asiático.
En este contexto de competencia, la medida de apoyo financiero negociada el mes pasado por el gobierno de Trump, en un momento en que Argentina consolidaba ventas de soja a China, ya había generado enojo entre los productores. Rob Larew, presidente de la Unión Nacional de Agricultores, resumió el sentimiento de su sector: "Lo último que necesitamos es recompensarlos importando más de su carne vacuna", cuestionando que se beneficien comercialmente a aquellos que aprovechan la guerra comercial.