Estados Unidos confirmó que comprará poca carne argentina pero advirtió por la fiebre aftosa

La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, ratificó que las importaciones desde la Argentina serán limitadas y condicionadas a garantías sanitarias estrictas. Washington insiste en que el riesgo de fiebre aftosa sigue siendo una preocupación para su industria ganadera.

La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, confirmó que su país comprará “poca carne argentina” y advirtió que cualquier apertura comercial deberá asegurar la protección sanitaria frente al riesgo de fiebre aftosa.

Rollins precisó que el diálogo con el Gobierno argentino continúa, aunque anticipó que el volumen de exportaciones será reducido. “No será mucho lo que compremos”, dijo la funcionaria, en declaraciones que moderan las expectativas del sector agroexportador argentino.

La advertencia apunta al control de la fiebre aftosa, una enfermedad erradicada oficialmente en la Argentina según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), pero que sigue siendo motivo de cautela para Washington. “Argentina enfrenta un problema de fiebre aftosa y tenemos que garantizar que nuestra industria ganadera esté segura”, enfatizó Rollins.

Estados Unidos consume unas 12 millones de toneladas métricas de carne bovina al año, de las cuales 10 millones se producen localmente. El resto se importa bajo estrictos protocolos. “Este es un mercado muy matizado y muy complejo”, explicó Rollins, al remarcar que las restricciones buscan proteger el rodeo estadounidense.

La funcionaria también recordó que otros desafíos sanitarios, como el gusano barrenador del ganado proveniente de México, obligan a mantener controles estrictos de importación.

Según fuentes del Departamento de Agricultura citadas por CNBC, los equipos técnicos de ambos países trabajan en nuevos protocolos de trazabilidad y bioseguridad antes de autorizar cupos adicionales. El diálogo forma parte de un proceso de revisión de los estándares de importación, en el marco del acercamiento entre la administración de Donald Trump y el Gobierno argentino.

En paralelo, Rollins señaló que el gobierno republicano impulsa cambios en las pautas alimentarias para reducir el consumo de grasas saturadas y “hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable”.

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