Inesperado: por este motivo la heladera podría generar riesgos para tu salud

Todas las personas deben estar atentas a esta cuestión. Prevenir es importante para no tener inconvenientes más tarde.

La heladera es un electrodoméstico indispensable en cualquier hogar, ya que garantiza la correcta conservación de los alimentos. Sin embargo, cuando no recibe el mantenimiento adecuado, puede transformarse en un entorno riesgoso para la salud. Una limpieza insuficiente, la acumulación de humedad y la falta de control en la temperatura son factores que convierten a este aparato en un espacio ideal para la proliferación de bacterias.

De acuerdo con el profesor José Juan Rodríguez, de la Universidad Autónoma de Barcelona, productos de consumo cotidiano como quesos, embutidos, carne y pescado representan un riesgo si permanecen demasiado tiempo almacenados sin las condiciones apropiadas. Estos alimentos pueden albergar la bacteria Listeria monocytogenes, capaz de provocar desde simples trastornos gastrointestinales hasta infecciones de gran gravedad en el sistema nervioso central, entre ellas meningitis o encefalitis.

A esta amenaza se suma la acumulación de escarcha, un problema frecuente en los modelos más antiguos de refrigeradores. En esas condiciones de exceso de humedad pueden desarrollarse bacterias como las Pseudomonas, que aceleran la descomposición de los productos frescos y reducen considerablemente su vida útil. Con el paso de los días, la presencia de microorganismos de este tipo convierte al electrodoméstico en una fuente potencial de contaminación.

Limpiar heladera
Una limpieza regular y el control de la temperatura son esenciales para prevenir riesgos en la heladera.

Una limpieza regular y el control de la temperatura son esenciales para prevenir riesgos en la heladera.

Por qué la heladera podría generar riesgos en la salud

El peligro radica en la combinación de restos orgánicos, humedad y temperaturas irregulares, que en conjunto generan un ambiente invisible a simple vista pero muy favorable para la proliferación bacteriana. Una heladera en mal estado de higiene puede convertirse en un vehículo silencioso de enfermedades transmitidas por alimentos, lo que pone en jaque la seguridad de quienes los consumen.

Para reducir estas amenazas, los especialistas recomiendan aplicar medidas preventivas simples pero efectivas. La limpieza periódica con productos desinfectantes ayuda a disminuir la carga microbiana, mientras que evitar abrir innecesariamente la puerta contribuye a mantener niveles de humedad adecuados. Además, es fundamental revisar regularmente los estantes y cajones para descartar alimentos vencidos o en mal estado que puedan favorecer la contaminación del resto.

Otra práctica aconsejada es descongelar la heladera en caso de que se forme escarcha en exceso, ya que esta retiene humedad y favorece la aparición de bacterias. Mantener una temperatura interna estable también resulta clave: demasiado calor acelera la descomposición, mientras que un frío insuficiente permite que los microorganismos se multipliquen con rapidez.

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Una temperatura inadecuada dentro de la heladera acelera la descomposición de los alimentos.

Una temperatura inadecuada dentro de la heladera acelera la descomposición de los alimentos.

En definitiva, la heladera, considerada un símbolo de seguridad alimentaria, puede dejar de cumplir ese rol si no se la cuida de manera adecuada. Prestar atención al mantenimiento, incorporar rutinas de higiene y controlar la humedad interna son pasos fundamentales para garantizar que este electrodoméstico esencial continúe siendo un aliado de la salud y no un factor de riesgo.