Israel continúa su ofensiva en el territorio del Líbano, en las últimas horas, el ejército confirmó que realizan una campaña militar "limitada" y "localizada" a objetivos precisos de Hezbolá. Mientras que el grupo terrorista desmintió que haya una incursión terrestre israelí.
En paralelo Israel bombardeó un campamento de refugiados palestinos, el cuál habría dejados muertos y heridos, que tenía como presunto objetivo a Munir al Maqdáen, Jefe de la Brigada de los Mártires de Al Aqsa. Tras eliminar al líder de Hezbolá, Benjamín Netanyahu aseguró que "no hay ningún lugar en Medio Oriente al que no se pueda llegar" para "proteger a la gente y al país".
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"Antes del ataque, se tomaron numerosas medidas para mitigar el riesgo de daño a los civiles, incluyendo la emisión de avisos, el uso de municiones precisas y la vigilancia aérea", expresaron autoridades israelíes. Además, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari, informó que Hezbolá tendría planeado un ataque similar al de Hamás del pasado 7 de octubre de 2023.
"Hezbolá ha convertido los pueblos libaneses cercanos a comunidades israelíes en bases militares, preparadas para un ataque contra Israel", añadió. También aclaró que la ofensiva es contra el grupo terrorista no contra el pueblo libanés y que la incursión será "limitadas, localizadas y dirigidas".
Sin embargo, el movimiento de Hezbolá desmintió que haya una campaña militar en el sur del Líbano, y aseveró que no ocurrió ningún "enfrentamiento directo" entre sus combatientes. "Todas las afirmaciones sionistas según las cuales las fuerzas de ocupación habrían entrado en Líbano son falsas", informaron desde el grupo al canal Al Jazeera.