El ejército de Israel lanzó este domingo un bombardeo contra el grupo Hezbolá, en Líbano, que dejaron más de 100 muertos. Este ataque se generó dos días después de haber asesinado al líder del movimiento islamista libanés, Hasán Nasralá.
Tras la muerte del líder de Hezbolá, hubo otro ataque en Beirut. El Gobierno israelí golpeó objetivos de los rebeldes en el oeste de Yemen,
El ejército de Israel lanzó este domingo un bombardeo contra el grupo Hezbolá, en Líbano, que dejaron más de 100 muertos. Este ataque se generó dos días después de haber asesinado al líder del movimiento islamista libanés, Hasán Nasralá.
Al mismo tiempo, el Gobierno israelí golpeó objetivos de los rebeldes en el oeste de Yemen, después de que estos insurgentes proiraníes reivindicaran el lanzamiento de un misil contra el aeropuerto de Tel Aviv. Según medios locales, habrían fallecido cuatro personas.
"Ningún lugar está demasiado lejos" para Israel, advirtió el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, tras las ofensivas. De esta manera, mantiene la presión militar contra Hezbolá, ya que el ejército israelí indicó que golpeó 120 objetivos en Líbano. Según el Ministerio de Salud libanés, murieron 105 personas y hay 359 heridos.
Según informó la agencia AFP, sus corresponsales informaron que escucharon una fuerte explosión y vieron columnas de humo desde los suburbios del sur de Beirut, donde se encuentra el bastión de Hezbolá y la zona en la que falleció Nasralá.
El ejército de Israel afirmó haber matado el viernes, junto con Nasralá, a más de 20 miembros de Hezbolá de diversos rangos presentes en el cuartel general subterráneo, situado bajo edificios civiles.
Irán informó que un importante comandante de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de la República Islámica, también murió en el ataque del viernes. El fallecimiento "no quedará sin respuesta", advirtieron las autoridades iraníes.
La muerte de Nasralá, que era considerado el hombre más poderoso de Líbano, constituye una gran victoria de Israel frente a su archienemigo Irán y sus aliados, pero empuja a la región a un terreno desconocido.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este domingo que "debe evitarse" una guerra total en Oriente Medio y el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, aterrizó en Líbano para "entrevistarse con las autoridades locales y proporcionar apoyo, especialmente humanitario".