Fernando de Noronha es conocida por ser un paraíso volcánico en medio del Atlántico de Brasil, conquistando a los viajeros más exigentes con sus aguas turquesas y una biodiversidad marina extraordinaria que incluye delfines, tortugas y coloridos peces tropicales.
Este archipiélago exclusivo, reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO, llama la atención por sus formaciones rocosas milenarias y playas vírgenes donde la naturaleza permanece intacta gracias a rigurosas medidas de conservación ambiental.
La singularidad de este destino se encuentra en su perfecta armonía entre aventura y protección ecológica, donde cada rincón está diseñado para ofrecer experiencias únicas sin comprometer el delicado equilibrio del ecosistema atlántico. Sus legendarias playas como Baía do Sancho y Baía dos Porcos ganaron reconocimientos internacionales por su belleza, con aguas cristalinas enmarcadas por imponentes acantilados volcánicos que crean piletas naturales de ensueño.
Este tesoro natural del océano Atlántico representa la opción perfecta para los fanáticos del turismo responsable y los deportes que se pueden practicar en el agua, donde las corrientes marinas tropicales mantienen temperaturas ideales durante todo el año.
Fernando de Noronha se convirtió en un santuario marino donde especies emblemáticas como las tortugas gigantes encuentran protección bajo programas de conservación que garantizan la supervivencia de este ecosistema único en Sudamérica.
Fernando de Noronha
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Dónde queda Fernando de Noronha
Fernando de Noronha se sitúa estratégicamente en el océano Atlántico, a unos 350 kilómetros de las costas de Pernambuco como un conjunto de islas volcánicas que se levantan desde profundas cordilleras submarinas. Su ubicación privilegiada lo posiciona a 710 kilómetros de Fortaleza, 360 kilómetros de Natal y 545 kilómetros de Recife, convirtiéndolo en uno de los destinos más remotos y exclusivos de Brasil.
El archipiélago comprende un territorio de 26 kilómetros cuadrados distribuidos entre 21 islas e islotes, donde la isla principal concentra 17 kilómetros cuadrados y alberga la única comunidad permanente del lugar. Las 20 formaciones restantes permanecen como reserva natural marina de acceso exclusivamente científico,
Qué puedo hacer en Fernando de Noronha
Fernando de Noronha brinda experiencias inolvidables en un ambiente natural cuidadosamente preservado:
- Descubrir la icónica Baía do Sancho, alcanzable únicamente mediante una escalinata secreta tallada en los acantilados, reconocida mundialmente como una de las costas más espectaculares del planeta.
- Sumergirse con snorkel en Baía dos Porcos, navegando entre esculturas rocosas volcánicas.
- Practicar surf en las olas perfectas de Cacimba do Padre, disfrutando de vistas panorámicas hacia el Morro Dois Irmãos que domina el horizonte.
- Realizar inmersiones controladas en Praia do Porto y Atalaia, explorando el mundo submarino,
- Contemplar el espectáculo matutino de los delfines en Baía dos Golfinhos, cuando estos mamíferos marinos ingresan a alimentarse en las primeras horas del día.
- Navegar las costas septentrionales de la isla mayor, revelando bahías ocultas y monumentos rocosos esculpidos por milenios de erosión marina.
- Explorar las múltiples piletas naturales formadas por arrecifes coralinos, santuarios de peces tropicales multicolores que danzan entre las formaciones submarinas.
- Participar en programas de educación ambiental y avistamiento de fauna marina en este santuario protegido por la UNESCO.
Fernando de Noronha
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Cómo llegar a Fernando de Noronha
El ingreso a Fernando de Noronha se efectúa únicamente por transporte aéreo mediante el Aeropuerto de Fernando de Noronha, que opera conexiones regulares desde las principales metrópolis brasileñas incluyendo Recife y Natal, atendidas por compañías aéreas nacionales.
Las severas normativas ambientales del archipiélago establecen cupos limitados de visitantes y exigen el pago obligatorio de una tasa de conservación ambiental que se calcula según los días de permanencia en el destino. Es fundamental gestionar reservaciones anticipadas tanto para los traslados aéreos como para el hospedaje, considerando que la capacidad turística se encuentra estrictamente regulada para salvaguardar el ecosistema.