La gastronomía porteña conserva una tradición que nunca pasa de moda: los bodegones. Espacios que combinan historia, recetas caseras y porciones generosas, donde la cocina se disfruta sin pretensiones. En cada uno, los aromas, las fotos en las paredes y el bullicio del salón transmiten el espíritu de una Buenos Aires auténtica.
 
  
  Entre los muchos que pueblan la ciudad, hay dos que se destacan por su propuesta clásica y por un plato que nunca falla: el lomo a la pimienta. Se trata de Los Bohemios, en Villa Crespo, y El Obrero, en La Boca, dos íconos que mantienen viva la esencia del bodegón porteño con una cocina que combina sabor, historia y carácter.
 
		 Los Bohemios
 En el corazón de Villa Crespo, dentro del predio del Club Atlanta, se encuentra Los Bohemios, un bodegón que conserva el espíritu de los clubes de barrio. El ambiente es sencillo, cálido y repleto de recuerdos futboleros: camisetas, banderas y fotos que decoran las paredes. Con un servicio atento y platos abundantes, este restaurante se convirtió en punto de encuentro para vecinos, hinchas y asistentes al cercano Movistar Arena.
 
		 El lomo a la pimienta de Los Bohemios es uno de los más elogiados de la zona. Su carne tierna, el punto justo de cocción y la salsa cremosa hacen de este plato una de las especialidades de la casa. También se destacan otros clásicos como la milanesa Bohemia, los ravioles de osobuco con estofado y las mollejas al verdeo. Todo se prepara con un toque casero que refleja oficio y respeto por la cocina tradicional.
El restaurante está ubicado en Humboldt 540, en el barrio de Villa Crespo, y abre todos los días al mediodía y por la noche, excepto los lunes, cuando funciona solo por la noche. Se puede llegar fácilmente en subte línea B (estación Dorrego) o por varias líneas de colectivo que cruzan la zona. A solo unas cuadras del Movistar Arena, es ideal para disfrutar de una comida antes o después de un show.
El Obrero
 Ubicado en el barrio de La Boca, El Obrero es uno de los bodegones más emblemáticos de Buenos Aires. Fundado en 1954 por los hermanos Castro, conserva intacta su identidad de lugar familiar, sencillo y generoso. Su salón, decorado con fotos antiguas y recuerdos de época, invita a disfrutar de una experiencia gastronómica que combina historia y tradición. Es frecuentado tanto por locales como por turistas y celebridades internacionales.
El lomo a la pimienta es uno de los imperdibles de su carta: jugoso, con una salsa intensa y equilibrada que potencia el sabor de la carne. También brillan otros platos típicos como el revuelto gramajo, las rabas, la tortilla con chorizo colorado y los ravioles verdes caseros, además de una milanesa napolitana que se ganó elogios de reconocidos chefs y visitantes de todo el mundo.
El Obrero está ubicado en Agustín Caffarena 64, en pleno barrio de La Boca, y abre de martes a sábado de 20 a 2 de la mañana. Se puede llegar fácilmente en colectivo (líneas 33, 53 y 101) o en taxi desde el centro porteño. Su ambiente tradicional y su atención personalizada lo convierten en una parada obligada para quienes buscan disfrutar de un bodegón con historia y sabor genuino.