Vicente Lionetti, con más de 90 años, mantiene una rutina laboral intacta en Tandil, en donde continúa ejerciendo su oficio de barbero. Su historia personal, marcada por la resiliencia y el amor por su trabajo, lo convierte en un referente sobre cómo afrontar la longevidad con energía y salud.
Nacido en Italia en 1934, llegó a la Argentina luego de la Segunda Guerra Mundial, buscando nuevas oportunidades junto a su familia. Desde entonces, construyó una vida basada en el esfuerzo, el compromiso y el arraigo a su comunidad. Su barbería, ubicada en el tradicional barrio de Villa Italia, no solo es un espacio de trabajo, sino también un punto de encuentro cargado de historia y memorias compartidas por generaciones.
Vicente Lionetti mantiene su entorno fiel a sus herramientas clásicas y a su modo artesanal de cortar el pelo. Con la misma convicción con la que empezó a trabajar a los 14 años, hoy asegura que la clave de su bienestar se esconde en hábitos simples, pero constantes.
Vicente Lionetti
Emiliano Pettovello Paladino
Revelado: este es el secreto para la longevidad según Vicente Lionetti
Vicente Lionetti llegó a la Argentina en 1951, cuando apenas tenía 17 años. Su primer trabajo en una peluquería duró poco, pero fue suficiente para despertar en él una vocación que se mantiene hasta hoy. El destino lo llevó a abrir su propio local en Tandil, equipado con el mismo sillón y espejo de madera que aún conserva. Desde entonces, generaciones enteras de vecinos pasaron por su silla, no solo por un corte de pelo, sino también por la experiencia de conversar con una figura emblemática de la ciudad.
A sus 91 años, conserva una salud envidiable y no utiliza anteojos ni necesita ayuda para trabajar. Su rutina diaria es sencilla: se despierta, toma un café con leche o un té, abre su peluquería, trabaja hasta el mediodía, almuerza y regresa al local por la tarde. Para él, la constancia es parte esencial de su bienestar. "Venir y trabajar todos los días, eso es lo que me mantiene", afirma convencido.
El barbero sostiene que su fórmula para mantenerse activo se basa en tres pilares: buena alimentación, movimiento diario y relaciones sociales. Evita los alimentos fritos por costumbre familiar, casi no toma mate y encuentra en el billar un espacio para ejercitar la mente y compartir con amigos. En el pasado también andaba en bicicleta y jugaba al fútbol.
Vicente Lionetti
raicestanas.tandil
En su peluquería, el contacto con la gente es permanente. A pesar de no usar redes sociales ni seguir las modas, está al tanto de los estilos actuales y sabe adaptarse a lo que piden sus clientes. Cuando el local está tranquilo, se asoma a la vereda o ve la televisión, en especial el canal italiano RAI. Su consejo para quienes superan los 60 años es claro: no quedarse encerrados en casa. Y a los jóvenes, les recomienda estudiar y no abandonar sus metas.
La historia de Vicente también está marcada por enseñanzas de vida forjadas en la adversidad. Recuerda con claridad una anécdota de su infancia en Italia, cuando rechazó un chocolate ofrecido por un soldado aliado porque no lo había ganado. Ese gesto fue recompensado por su tío con su primer salario, y con él entendió que, para él, el trabajo trae dignidad.
Aunque volvió a Italia en algunas oportunidades, Vicente Lionetti no planea retirarse ni dejar la barbería. Su deseo es continuar trabajando mientras su cuerpo se lo permita. Cada jornada, al barrer el piso tras un corte, lo hace con la misma dedicación de siempre, rodeado de objetos que lo conectan con sus raíces y reflejan una vida con propósito construida con esfuerzo y pasión.