Este truco es clave para hacer el día previo al asado y no todos lo conocen
Preparación previa: Técnicas como la salmuera o marinar la carne el día anterior potencian sabor y jugosidad.
Cuidado del fuego: Usar maderas, papel y carbón de manera gradual garantiza un asado parejo y controlado.
Reposo de los cortes: Dejar la carne descansar después de la cocción permite que los jugos se redistribuyan y cada bocado quede perfecto.
Métodos alternativos: Cortes como entraña u ojo de bife también se pueden cocinar al horno o plancha respetando las técnicas tradicionales para mantener textura y sabor.
Preparar un asado perfecto no empieza cuando la carne toca los hierros, sino mucho antes. Con algunos tips que pocos conocen, podés lograr cortes jugosos, tiernos y llenos de sabor. Antes de prender la parrilla, hay un truco clave para hacer y no todos lo conocen.
Hacer un asado es mucho más que cocinar carne: es una tradición que une a familias y amigos, transmitida de generación en generación. Desde elegir los cortes hasta preparar el fuego, cada detalle forma parte de un ritual que celebra la buena comida, la charla y la compañía. En muchas casas, el asado no es solo una comida, sino un encuentro donde se comparten historias, risas y momentos memorables.
En este sentido, existen métodos que se han transmitido de generación en generación para lograr una parrillada perfecta. Desde la elección de los filetes y la preparación del fuego hasta técnicas como la salmuera previa o el reposo de la res después de la cocción, cada paso tiene su propósito. Estas prácticas no solo potencian el sabor y la textura, sino que también mantienen viva la tradición y la esencia de compartir un momento único alrededor del fuego.
salmuera parrilla
Cuál es el truco para hacer en el día previo al asado
Algunos expertos recomiendan preparar una salmuera: agua, sal y, si tenés a mano, alguna hierba aromática como tomillo, romero u orégano. Incluso un diente de ajo aporta sabor. Dejar la carne reposando en esta mezcla en la heladera toda la noche hace una gran diferencia: los sabores se potencian y la carne queda más jugosa al cocinarla.
Encender el fuego es un arte que requiere paciencia y cariño. Para comenzar, se puede usar un cajón de verdura o maderitas, con un poco de papel de diario y carbón agregado de a poco. Cada parrillero tiene sus propios trucos, pero la clave está en cuidar el fuego y respetar los tiempos. La paciencia siempre da mejores resultados que la prisa.
Cuando se trata de cortes delicados, como los chinchulines, un buen tip es dejarlos en leche con ajo y hierbas durante la noche anterior. Al día siguiente, al cocinarlos en la parrilla, quedan crocantes por fuera y tiernos por dentro. Es un detalle que muchos pasan por alto, pero marca la diferencia. En cortes más grandes, como la tira de asado o el vacío, lo ideal es cocinarlos despacio a fuego lento durante al menos dos horas.