El tiramisú es ese postre que nunca falla en una mesa. Tiene lo mejor de dos mundos: la elegancia de la repostería italiana y la practicidad que se necesita en una cocina casera. En apenas media hora se puede tener lista una versión deliciosa, sin horno y con ingredientes fáciles de conseguir.
Aunque su origen es italiano, en Argentina se volvió un clásico familiar. No hay domingo sin postre, y el tiramisú ganó su lugar entre las recetas más queridas, junto con el flan o la chocotorta. La combinación de café fuerte, vainillas húmedas y una crema suave de mascarpone es un equilibrio perfecto entre dulzura y carácter.
Y lo mejor de todo: no hace falta ser pastelero. Con un par de trucos, se puede preparar un tiramisú firme, cremoso y con ese toque amargo que lo hace irresistible. Ideal para compartir después del asado o llevar a una reunión familiar.