"Nadie la vio": el año en el que la política salvó la economía de Javier Milei
Tras un 2024 de ajuste a fuerza de motosierra y cuando se asumía que “lo peor ya pasó”, el 2025 estuvo marcado por una volatilidad extrema, cambios de régimen y una de las mayores corridas cambiarias de la historia. El pragmatismo del Gobierno salvó el programa monetario y financiero con un ancla de expectativas inédita: la política.
El año económico de la gestión de Javier Milei duró 365 días, pero se sintió eterno. El equipo comandado por el ministro de Economía, Luis Caputo, encadenó anuncios, correcciones y giros de timón que mantuvieron en vilo al país para finalmente salir indemne gracias a un ancla de expectativas que pocos previeron: la política. Tras un 2024 de ajuste fiscal feroz, con "motosierra", inflación a la baja y orden en las cuentas públicas, el 2025 se caracterizó por un pragmatismo cambiario que mutó del crawling peg a las bandas indexadas. Todo esto en medio de una extrema volatilidad preelectoral y un salvataje inédito —primero del FMI y luego del Tesoro de los EE.UU.— que logró frenar la corrida cambiaria más importante de los últimos 25 años. La consolidación electoral en las legislativas y el alineamiento estratégico con Washington permitieron que el programa no descarrilara en los momentos de mayor estrés: fue el año en el que la política salvó la economía.
A finales de 2024, la economía estaba en un franco proceso de recuperación, que hizo piso en abril de ese año, tras el brutal ajuste cambiario, tarifario y fiscal inicial. Existía la percepción de que ya había pasado lo peor tras la disparada inflacionaria y la recesión de la primera parte de 2024. El riesgo país se hundía, tras el blanqueo, y el Gobierno instalaba la versión de que esta vez era "diferente", porque se largaba la competencia de monedas con una recuperación sostenida de la economía: los dólares saldrían del colchón para circular en la economía, aún en el año electoral.
Equipo económico
El equipo económico completo: Felipe Núñez (asesor), Luis Caputo (ministro), Santiago Bausili (titular del BCRA), José Luis Daza (vice), Vladimir Werning (vice del BCRA), Martín Vauthier (asesor) y Federico Furiase (director del BCRA).
Sin embargo, el primer trimestre no fue bueno tanto por errores no forzados de la gestión libertaria y por cuestiones exógenas. El 2025 comenzó con los argentinos explotando las playas y los shoppings de Brasil (fuerte devaluación del real ante cambios políticos) y "el atraso cambiario" fue pregunta recurrente en el mercado. La capacidad del Gobierno de sostener su esquema cambiario, en ese momento con un crawling peg (mini-devaluaciones del peso) rígido al 2% con actualización mensual por debajo de la inflación, insumía cada vez más reservas del Banco Central. La necesidad de corregir un dólar que había quedado “demasiado barato” hacia finales del año pasado, con el aditivo de la baja del crawl al 1%, en febrero, ancló el tipo de cambio y aceleró la dinámica inflacionaria.
El quiebre llegó entre marzo y abril. Los comentarios de Caputo de un cambio del crawling peg desanclaron las expectativas hasta ese momento alineadas con un esquema cambiario que fijaba el precio del dólar en el mercado oficial. El cambio abrupto llevó a los actores financieros a abandonar el carry trade y cerrar posiciones (como aconsejó el JP Morgan). Aunque el BCRA había logrado acumular unos u$s3.800 millones hasta mediados de marzo, en pocas semanas debió vender más de u$s1.200 millones durante once ruedas consecutivas, el mayor drenaje para ese período desde 2019, en medio de la incertidumbre por la negociación con el FMI y el futuro régimen cambiario: el modelo estaba agotado. El regreso del país al organismo internacional era inevitable.
Y dale con el FMI: chau crawling peg y cepo cambiario, hola bandas cambiarias
El 11 de abril de 2025, por la tarde, Caputo junto al titular del Banco Central, Santiago Bausili anunció el comienzo de la Fase 3 del Programa Económico en un lanzamiento que sorprendió a todos, orientada a una mayor flexibilidad cambiaria y de tasas. Se adoptó un régimen de flotación entre bandas móviles entre $1.400 y $ 1.000, con límites que se ajustan al 1% mensual. También se eliminaron restricciones clave: dejó de operar el dólar blend, se flexibilizaron pagos de importaciones, se levantaron restricciones para personas humanas y se habilitó la libre distribución de utilidades al exterior desde los ejercicios iniciados en 2025.
El Directorio del FMI aprobó un nuevo programa de Facilidades Extendidas por u$s20.000 millones. Los desembolsos en 2025 totalizaron u$s15.000 millones, con un giro inicial de u$s12.000 millones, seguido de u$s2.000 millones en julio tras la primera revisión de metas. “Este esquema es superior a la convertibilidad”, expresó Caputo, exultante. También recibió préstamos del Banco Mundial y del Banco Iberoamericano de Desarrollo que ayudaron a reforzar las magras reservas del Banco Central y permitieron al Gobierno del ultraliberal Javier Milei levantar gran parte de las restricciones para el acceso a divisas.
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"Si te parece que el dólar está barato agarrá los pesos y comprá, no te la pierdas campeón". Esto dijo Caputo el 2 de julio. ¿A cuánto estaba el dólar ese día? $1235 ¿A cuánto está hoy? $1470 A veces es mejor quedarse callado Toto. pic.twitter.com/A2znVtbWVW
El nuevo esquema cambiario resolvió la mayor parte de los problemas económicos durante tres meses: la curva de deuda en pesos comprimió, el riesgo país bajó, la flexibilización del cepo acomodó todo. Como si fuera poco, el país volvió a emitir deuda por primera vez en siete años, con un instrumento que se pagaba en pesos y se suscribía en dólares, destinado a inversores extranjeros: el BONTE 30 consiguió u$s1.000 millones.
El Gobierno asumía que sacar los controles de capitales le iba a permitir el acceso al crédito (no lo logró) y transformó un programa que era heterodoxo (ajuste fiscal con controles de cambio) a un programa ortodoxo y muy contractivo, donde la tasa de interés dejó de ser neutra. Además, decidió no acumular reservas en el interior de las bandas, uno de los pedidos del FMI, para que el tipo de cambio no subiera y, de esta manera, poder reordenar la política de cara a las elecciones de octubre. Milei deseaba que el dólar vaya al piso de la banda para que el BCRA esté obligado a comprar dólares con el argumento de que la oferta de pesos era fija. Algo no iba bien.
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Recuerden que todo el equipo del Ministerio de Economía hizo este acting ridículo gritando que "el dolar flota" hace menos de un mes.
Las LEFIs y una salida tormentosa: del "comprá campeón" al "riesgo kuka"
La apertura del cepo cambiario para personas humanas (no para empresas, por eso se habla de flexibilización), de la mano de un esquema cambiario de libre flotación entre bandas fue accidentada. El Gobierno apostó por que lograría sumar reservas gracias a las exportaciones agrícolas y al ingreso de capital financiero y de inversiones, y no sucedió.
A mediados de julio el equipo económico, intentó reforzar su estrategia de control monetario, con foco en los agregados monetarios (la cantidad de pesos en circulación), en medio de una suba sostenida del dólar y decidió dar de baja las LEFI (Las Letras Fiscales de Liquidez, reguladas por el BCRA pero con pago de por parte del Tesoro), un instrumento financiero que el BCRA monitoreaba para fijar la tasa de interés y que actuaba como piso en el mercado. La jugada no salió como esperaba: el mercado quedó inundado de pesos justo cuando la liquidación de agrodólares se enfrió por el freno a la baja de retenciones. El combo fue explosivo. Subió el dólar, cayeron las tasas y aparecieron señales de alarma. El Banco Central y el Tesoro tuvieron que salir al rescate.
Mientras la liquidación del agro se desinfló por el cambio en el esquema de retenciones, el sistema financiero recibió un tsunami de pesos, equivalente a unos 10 billones, tras el vencimiento de las LEFI. Lo que el Gobierno presentó como una “normalización monetaria” terminó sintiéndose como un shock desordenado. La salida de las LEFI generó más ruido y efectos colaterales que la propia salida parcial del cepo en abril. De esta manera, el Banco Central aplicó una suba histórica de encajes bancarios, el "apretón monetario": el 53,5% de los depósitos quedó inmovilizado, el mayor nivel desde los '90. La medida buscaba frenar la presión cambiaria y contener la inflación. En definitiva, el dólar ya no flotaba tanto, la tasa, con una extrema volatilidad, ya no era endógena.
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Buena explicación de Toto Capuro sobre las LEFIs.
El desarme de las LEFIs implicó dejar de tener ARS 16 billones que vencían a diario, en un contexto de demanda de dinero muy volátil por el período electoral y con el Congreso buscando romper el superávit fiscal.
La gestión liberal se encontraba ante un dilema: si aflojaba el torniquete monetario, cobraba envión el dólar; si lo endurecía sufría la economía real. El final de las LEFIs y la liberación de pesos a los bancos, con la baja de la tasa de interés, que podía ser interpretado como una movida destinada a darle aire a las empresas y personas, que conviven con tasas de interés reales elevadas, terminó impactando en la desaceleración del crédito y una morosidad inédita: hubo niveles en familias con tarjeta de crédito y créditos personales que no se veían desde la crisis de Macri en 2018-2019.
De manera simultánea, también vio la luz la aprobación en el Congreso de un paquete de leyes (moratoria y aumento de las jubilaciones, emergencia en discapacidad) impulsada por la oposición. El paquete tenía un costo estimado de 1,7% del PIB por año, lo cual ponía en jaque el equilibrio fiscal, la principal bandera del Gobierno. Apareció el tan mentado "riesgo kuka". Fogoneado por el oficialismo y con base empírica en el riesgo país (subió 200 p.b tras el triunfo de Fuerza Patria tras las elecciones en PBA, bajó un 40% tras la victoria de LLA en octubre), se trata del miedo del mercado al regreso del peronismo, debido a sus políticas fiscales insostenibles y a su postura de que la deuda es “impagable”. La sanción de leyes en el Congreso (y, posteriormente, el rechazo a sus vetos) que aumentan de manera significativa el gasto público, atentando contra el equilibrio fiscal, el “corazón” del programa económico del gobierno también fue parte de ese "riesgo kuka".
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Toto Caputo: "vamos a vender hasta el último dolar en el techo de la banda".
Comprá campeón comprá, que esta vez no es igual. Es lo mismo pero más rápido. pic.twitter.com/zbBq4DtIzV
Santiago Bausili, titular del BCRA, reconoció en Washington D.C, mientras negociaban con el Tesoro de Estados Unidos, que la cobertura de los argentinos había sido extrema. “Hemos calculado que la demanda de cobertura en los últimos tres meses es equivalente a más de 40 puntos porcentuales de M2, que es la circulación monetaria, lo cual es una cantidad desproporcionada. Y el único que puede proveer ese tipo de cobertura es el Gobierno”, comentó.
La preocupación del titular del Central resultó llamativa luego del “compra campeón, no te la pierdas” del ministro de Economía, Luis Caputo. La volatilidad del tipo de cambio forzó al BCRA a perder reservas internacionales por u$s1.155,5 millones, mientras que el Tesoro Nacional lo hizo por u$s653 millones desde la derrota en las elecciones de la provincia de Buenos Aires hasta la primera semana de octubre, cuando apareció el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent: el dólar había pasado de $1.050 a principio de año a $1.450.
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"Riesgo Kuka": Porque Javier Milei explicó a la perfección cómo el kirchnerismo siempre es responsable de poner en peligro el rumbo económico de Argentina. pic.twitter.com/qKrR0ibGSa
El salvataje de Trump y el Tío Bessent y la corrida cambiaria más grande desde la convertibilidad
"Today we directly purchased Argentine pesos" (Hoy compramos directamente pesos argentinos). Sí, fue histórico. Esto lo dijo el secretario del Tesoro de los Estdos Unidos, Scott Bessent, el dueño de la máquina de emitir dólares para apoyar financieramente a la Casa Rosada con un paquete de asistencia inédito en las últimas tres décadas. En más de 200 años de historia de Argentina, el país nunca obtuvo un apoyo tan explícito de una potencia mundial como el país norteamericano: EEUU compró activos en pesos, vendió dolares en el mercado argentino (MULC), algo que sólo había pasado en Japón con el Yen en 1998 y con el Euro en 2000. Otra vez la arquitectura política salvaba una economía a punto del colapso tras la derrota del oficialismo por 14 puntos en una elección legislativa provincial como la de Buenos Aires.
Scott Bessent y Luis Caputo
Scott Bessent y Luis Caputo, tras el acuerdo histórico entre el país y el Tesoro de EEUU.
X (@SecScottBessent)
La intervención directa de EEUU, un mes antes de las elecciones nacionales legislativas, no sólo incluía la compra directa, pura y dura, de pesos, sino también la concreción de un swap de monedas por u$s20.000 millones con el Banco Central y anticipaba que el Tesoro norteamericano “está preparado, de inmediato, para tomar las medidas excepcionales que sean necesarias para estabilizar los mercados”. Inédito. Único. Tanto como la presión cambiaria preelectoral que provocó la corrida cambiaria más importante desde la salida de la convertibilidad en 2002: entre septiembre, con un récord de u$s5.080 millones desde 2018, y octubre con u$s4.669 millones, uno de cada tres argentinos del sistema financiero se dolarizó.
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Argentina is a systemically important U.S. ally in Latin America, and the @USTreasury stands ready to do what is needed within its mandate to support Argentina.
All options for stabilization are on the table. 1/4
— Treasury Secretary Scott Bessent (@SecScottBessent) September 22, 2025
“Si un socialista o un comunista gana, te sentís diferente para hacer una inversión. Si (Milei) pierde con un candidato de extrema izquierda, no seremos generosos con Argentina”, advirtió el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump tras recibir al mandatario argentino en Washington. El oficialismo llegaba a las elecciones con una economía en recesión, pero con el apoyo explícito del líder republicano que funcionó como el principal activo político del Gobierno para controlar el escenario y llegar con relativa tranquilidad a los comicios de octubre.
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The @USTreasury has concluded 4 days of intensive meetings with Minister @LuisCaputoAR and his team in DC. We discussed Argentina’s strong economic fundamentals, including structural changes already underway that will generate significant dollar-denominated exports and foreign…
— Treasury Secretary Scott Bessent (@SecScottBessent) October 9, 2025
Fueron siete los viajes del presidente argentino Javier Milei a Estados Unidos durante el año 2025. De menor a mayor. Desde una fría aparición en la investidura presidencial de Donald Trump, hasta la cálida recepción en la Oficina Oval. La evolución fue concreta y trajo consigo un triunfo electoral inimaginable después de la categórica derrota en Provincia de Buenos Aires: el país se pintó de violeta.
compra de tesoro eeuu
Las compras históricas del Tesoro de EEUU.
Ganadores y perdedores del 2025
Tal como hizo en 2024, Milei mantuvo este año el superávit fiscal primario (1,7 % del PIB) y las políticas para desacelerar la inflación (cerrará en torno al 32 % anual frente al 117,8 % de 2024), pero la apertura del denominado ’cepo cambiario’ de la mano de un esquema cambiario de libre flotación no logró repuntar la actividad. Argentina, que, no obstante, ha logrado recuperarse de la caída sufrida en 2024, aunque con sectores muy golpeados, como el industrial.
En 2024, el PBI se contrajo un 1,7%: en este 2025 creció alrededor del 4,3% anual, debido a un arrastre estadístico, aunque pasó más tiempo estancado impulsado por sectores como energía, minería, agro y pesca. En algunos sectores ese declive se aceleró sobre el final, con más de 20 fábricas en crisis y casi 4.400 trabajadores afectados y especial agudeza en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. La característica de estos dos años libertarios, fue el crecimiento dispar de áreas específicas: mientras energía y minería, junto con el agro pican en punta, los rubros relacionados al mercado interno como comercio, construcción e industria manufacturera no consiguen recuperarse y continúan estancados desde 2023.
actividad 2025
La actividad se estancó en el segundo semestre de 2025 y el desempleo se mantiene aunque con un aumento en la informalidad, mientras que el consumo se recupera con altibajos. El riesgo país, tras bajar desde los 2.000 puntos básicos, volvió a superar la barrera de los 1.000 puntos y se ubicó en los 570 puntos tras las elecciones de octubre. Los salarios y la jubilación mínima continúan por debajo de los valores de noviembre de 2023, y aumenta el endeudamiento de las familias. Tras la salida del cepo, el dólar minorista aumentó un 38% y las tasas de interés se destacan por su alta volatilidad.
En cuanto al Índice de Precios del Consumidor (IPC), en el primer año de gestión libertario se redujo la inflación anual en casi 100 puntos porcentajes, del 211,4% de 2023 a 117,8% en 2024, con una caída relativamente modesta del PBI, del 1,7% en el dato anual, pero que ya mostraba un crecimiento trimestral del 1,4% a fines de ese año. Este año la inflación cerrará debajo del 32%, pese a que el dato mensual viene en alza desde mayo, impulsado por el continuo aumento de las tarifas de servicios públicos (para reducir el monto de subsidios como parte del ordenamiento fiscal) y, a partir de noviembre, por el de la carne, y por otra parte atenuada por la apertura importadora, que puso presión bajista sobre los precios de sectores como textiles, indumentaria y calzado y electrodomésticos. A lo largo del año, la inflación mensual más alta fue la registrada en marzo: 3,7 por ciento.
inflacion 2025
La tasa de actividad alcanzó el 48,1% en el segundo trimestre, según el Indec, con una tasa de empleo en torno al 45%. El sector privado registró creación de puestos, impulsada por recuperación en servicios financieros, minería y agro. La tasa de desempleo del tercer trimestre del año cayó a 6,6%. En cuanto a la informalidad, se mantuvo alta (alrededor del 42%) y la mayor parte de empleos creados fueron no registrados.
Uno de los mayores logros del Gobierno fue la baja de la pobreza a 31,6% en 31 conglomerados urbanos, según Indec, y la indigencia fue de 6,9% en el primer trimestre, según los datos de Indec. Representó una reducción significativa desde el 38,1% del semestre anterior y el pico de 52,9% en 2024. La mejora fue atribuido al retroceso de la inflación y recuperación salarial.
pobreza 2025
Desafíos del 2026: terminar con la maldición del tercer año
El Gobierno cierra un año económico que "nadie vio" en un diciembre de mínima conflictividad social, a pesar del deterioro económico percibido por gran parte de la población: según una encuesta de Management & Fit,el 46,5% afirma llegar peor que el año pasado (sin ahorros o con menos ingresos) y siete de cada diez personas no se irán de vacaciones en 2026, principalmente por falta de dinero.
Además, la gestión libertaria asume una posición política-económica inédita en el cierre de su segundo año: conPresupuesto 2026 del déficit cero hecho ley, con el respaldo del Congreso y un caudal político inimaginable. Con el triunfo categórico del oficialismo en las elecciones legislativas de octubre por más del 40%, buena parte de la sociedad priorizó la demanda de estabilidad económica a la recomposición de los ingresos y la actividad, se ponderó el fuerte proceso de desinflación a un crecimiento sostenible que acapare todos los sectores.Vox Pupuli, Vox Dei, y la gestión libertaria profundizó. El resultado electoral fue tan contundente que dejó ordenar todas las balanzas y reequilibrar los mercados sin tener que pasar ningún sobresalto: el Gobierno pisó el acelerador con la normalización de la economía.
inversion ganadora 2025
El anuncio de las modificaciones en el esquema cambiario, que determinan que las bandas se actualizarán en línea con Índice de Precios al Consumidor (IPC), se determinó para evitar que el límite superior se continúa apreciando en términos reales y dar cierto margen adicional para flotar y acumular reservas internacionales. El FMI y los bancos de inversión también venían reclamando una política cambiaria que permitiera robustecer las arcas del organismo estatal, con el objetivo de consolidar la estabilidad macroeconómica y sentar bases más sólidas para el crecimiento.
"Pasamos de un crawl fijo a uno variable, que es la tasa a la cual se desliza el techo de la banda, no el precio del dólar. No tiene nada que ver con el valor del dólar, el valor del dólar no cambia. Cambia de acuerdo al mercado. Hoy circunstancialmente está más alto", explicó Caputo. La continuidad del control de agregados monetarios y la compra preanunciada de reservas buscan anclar expectativas y reducir la incertidumbre cambiaria, mientras que la mayor previsibilidad favorece la inversión privada y la expansión del crédito.
Evolucion dolar 2025
@barretojorgeG
El fantasma de la maldición del tercer año sobrevuela en la Casa Rosada, y salvo algún shock externo y prendiendo velas para que el atesoramiento de dólares de parte de los argentinos no sean los u$s30.000 millones del 2024 (ojo con el Mundial 2026), el año que viene debería ser de crecimiento, apertura económica y desregulación con niveles de productividad (cuenta pendiente del bienio) mejores con reformas como la laboral e impositiva. Milei no quiere repetir la devaluación del 2014 de Cristina Kirchner, la debacle de 2018 de Mauricio Macri ni el estallido de Alberto Fernández en 2022.
La confianza de los mercados a un país defaulteador serial deberá seguir recomponiéndose para que la economía crezca el año que viene. Deberán ingresar los dólares del mercado de capitales para refinanciar la deuda y las inversiones privadas de la mano de Minería y Energía para que el riesgo país baje, la demanda de dinero rebote y el Banco Central pueda acumular reservas. Este año, la mano fue de la política, a través del FMI, Trump y Scott Bessent. ¿Quién ayudará en 2026?