Esta es la mejor manera de acompañar un asado con una guarnición única

Un chef revela el paso a paso para lograr ese complemento perfecto del domingo, con textura dorada, aroma irresistible y una salsa que pide pan.

  • El truco del chef para lograr papas doradas por fuera y suaves por dentro.
  • El error más común: llenar la bandeja y atrapar el vapor.
  • La clave está en el control del agua, el calor y una pizca de bicarbonato.
  • La salsa ideal: desglasar con vino y terminar con mantequilla o acidez.

El asado del domingo tiene un enemigo silencioso: la papa que promete crujir y acaba blanda, y la salsa que debería abrazar la carne pero se queda sin gusto. Esta es la mejor manera de acompañar un asado con un acompañamiento único.

La papa pierde el crujido por exceso de vapor, no por falta de horno. Si llenás demasiado la bandeja, el calor no circula y el agua que sueltan se queda atrapada. Resultado: una piel pálida y sin textura. La clave está en secarla bien antes del horno y dejar espacio entre cada pieza.

Además, el almidón de la verdura gelifica alrededor de los 70 °C, mientras que la reacción de Maillard —responsable del color dorado y el sabor tostado— necesita superficies secas. Un toque de bicarbonato en el agua de cocción eleva el pH y rompe la superficie, creando más rincones para dorar. Agitarlas en la olla después del hervor ayuda a conseguir bordes rugosos que garantizan más crujido.

papa

Cómo podés hacer unas papas únicas para acompañar el asado

  • Elegí papas harinosas: agria, Kennebec o Monalisa grande.
  • Cocción inicial: hervilas 8-10 minutos con sal y bicarbonato.
  • Secado y “despeinado”: escurrí y agitá las patatas en la olla para romper su superficie.
  • Horneado: verté las patatas en una bandeja con grasa muy caliente a 220 °C.
  • Tiempo: 25 minutos, dales la vuelta, y otros 20 más.
  • Al final, agregá romero, sal fina y un toque de vinagre. El resultado: dorado intenso, bordes crujientes y aroma irresistible.

Podés usar aceite de oliva suave, manteca o grasa de pato. Lo importante es mantener la temperatura alta y constante. Si la grasa se enfría, el crujido se pierde.

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