El horrendo crimen de Oriel Briant, un caso que conmocionó al país

La mañana del 10 de julio de 1984, en la ciudad de City Bell, desapareció Aurelia Catalina Briant. En la vivienda no faltaba nada. Todo era muy extraño. La mujer se había esfumado con la ropa de dormir: un camisón y medias de color celeste. Y había dejado solo a su pequeño hijo de tres años y medio.

“Oriel”, como todos la conocían, era una profesora de inglés criada en el seno de una familia acomodada de La Plata. Tenía 37 años y atravesaba un divorcio conflictivo con su marido, Federico Antonio Pippo, un profesor de Literatura y Filosofía. Era el comienzo de un caso que pronto conmocionaría al país.

Tres días después de la desaparición, el cadáver de Oriel Briant fue encontrado a la altura del kilómetro 75 de la ruta 2 con 22 puñaladas y dos disparos. Sólo tenía puesto las medias celestes. Pero, ¿quién era el culpable?

El primer detenido fue Alberto José Mensi, con quien Oriel había iniciado una relación tras desmoronarse su matrimonio. Pero fue absuelto.

Por su parte, Pippo tenía antecedentes de amenazas contra Oriel. Y todo pareció más claro cuando Carlos Davis, alumno y amigo de Pippo, dijo que, antes del crimen, el profesor le había revelado un macabro plan: "Pippo me confesó que quería matarla".

Días más tarde, el 25 de agosto de 1984, el juez Julio Desiderio Burlando allanó un stud en el Barrio Pin de Lobos que pertenecía a la familia Pippo. Allí vivía Néstor Romano, primo del marido de Oriel. Se tomaron muestras y hallaron elementos idénticos a los adheridos en las medias de la víctima.

Romano entonces confesó que la noche del crimen vio en el stud a Federico Pippo, a su hermano y a la madre de ambos, llevando a una mujer rubia. “El Clan Pippo” fue encerrado en el complejo carcelario de Lisandro Olmos, bajo la carátula de “secuestro seguido de muerte”.

¿Qué pasó esa noche con Oriel?

Para los investigadores, en la noche del 9 de julio, Oriel abrió la puerta de su casa porque conocía al visitante. La drogaron y la llevaron a Lobos; en el stud estuvo dos días secuestrada hasta que fue brutalmente torturada y asesinada.

Pero todo se complicó para los investigadores: la defensa de los acusados apeló, Néstor Romano volvió a hablar y desmintió todo.

Como si fuera poco, hubo desprolijidades en la redacción del expediente, en el que no se mencionó el dato de las medias celestes. Eso anuló las pruebas.

Ante la falta de pruebas, y luego de un año de cárcel, los detenidos fueron sobreseídos. Pippo falleció muchos años después, en la casa que había habitado con Oriel y donde comenzó el misterio.

El cuerpo de Oriel Briant fue depositado en una tumba del Cementerio de La Plata. Nunca le llevaron flores ni pagaron la tasa municipal de sepultura, Un cruel final para un femicidio que quedó impune para siempre.

Historias oscuras, una producción original de C5N

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