El mate es una de las infusiones más arraigadas en la cultura de los argentinos y de muchos países de la región, consumida en cualquier época del año. Sin embargo, su presencia durante los meses más fríos adquiere un significado especial, no solo por la costumbre social, sino también por sus posibles efectos positivos en el bienestar.
En la temporada invernal, las reuniones familiares o entre amigos suelen girar en torno a un termo humeante y un mate listo para compartir. Más allá de su papel como elemento de unión y convivencia, tomar mate en invierno puede aportar beneficios que van más allá del simple disfrute. Conocelos.
Qué beneficios tiene tomar mate en invierno
Mate
Esta infusión puede ser fácilmente incorporada en la rutina diaria como parte de un estilo de vida saludable.
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La yerba mate reúne antioxidantes como polifenoles y ácido clorogénico, que fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a frenar el envejecimiento celular. Además, aporta vitaminas A, C, E y del complejo B, potasio, una importante cantidad de zinc y aminoácidos que favorecen el buen funcionamiento del organismo, especialmente en épocas de bajas temperaturas.
En los meses fríos, su efecto energizante se vuelve aún más relevante. El mate estimula el metabolismo, promueve la quema de grasas y brinda una energía sostenida sin necesidad de calorías adicionales, funcionando como un apoyo constante para iniciar la jornada o mantener el ritmo. Cuando la actividad física disminuye en invierno, se convierte en una aliada para conservar la energía y la concentración.
En cuanto a la salud cardiovascular, una investigación del Centro Nacional de Información Biotecnológica señala que el consumo habitual de yerba mate puede elevar el colesterol HDL (considerado “bueno”) y disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas. Sus antioxidantes también contribuyen a prevenir la acumulación de grasa en las arterias, favoreciendo el cuidado del corazón.