Los mejores 2 restaurantes de Buenos Aires para comer bastones de muzzarella

Dos bodegones de la Ciudad se volvieron referencia por este clásico de la picada que combina sabor casero, abundancia y precios razonables.

Los bastones de muzzarella se transformaron en uno de esos platos que generan devoción tanto en grupos de amigos como en familias. Son crocantes por fuera, suaves y derretidos por dentro, y, aunque parezcan una simple entrada, en muchos bares y bodegones ya se convirtieron en un sello de identidad.

En Buenos Aires, donde la oferta gastronómica es cada vez más amplia y variada, encontrar lugares donde estos bastones realmente valgan la pena no es tarea sencilla. La calidad del queso, el rebozado y hasta la salsa de acompañamiento marcan la diferencia entre un plato apenas correcto y uno que se recuerda.

Entre la enorme oferta, hay dos restaurantes que sobresalen por la constancia con la que sirven este clásico. Se trata de Bellagamba y Doña Cocina, dos espacios que mantienen la tradición del bodegón porteño, cada uno con su impronta, pero con un mismo objetivo: que los comensales salgan con la sensación de haber comido rico y abundante.

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Bellagamba Devoto

Bellagamba Devoto

Bellagamba

Este bodegón es un emblema moderno dentro de la Ciudad. Con cinco sucursales repartidas en Palermo, Congreso, Caballito, Devoto y Parque Chacabuco, se convirtió en un punto de encuentro para quienes buscan porciones generosas y precios que no se disparan. La decoración, con cuadros y botellas en las paredes, termina de reforzar el aire clásico que remite a la mesa familiar de toda la vida.

Si bien el menú incluye desde pollo al champignon hasta bondiola a la riojana, quienes lo conocen recomiendan arrancar con los bastones de muzzarella. Se sirven bien dorados, con un rebozado crujiente que contrasta con el interior cremoso. Generalmente se acompañan con salsa fileto, aunque muchos clientes prefieren pedirlos con alioli o simplemente solos, para disfrutar mejor el queso.

El dato práctico es que tres de las sucursales abren desde las 8 de la mañana hasta la 1, lo que las vuelve una opción también para quienes buscan desayunar o merendar. Además, cada local está bien conectado con transporte público: subte, colectivos y hasta cercanía a estaciones de tren en el caso de Devoto.

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Doña Cocina

Ubicado en Bulnes 802, pleno Almagro, este bodegón tiene un aire más barrial, con un ambiente cálido y mesas donde la sobremesa se estira sin apuro. El fuerte de la casa son las pastas caseras —como los sorrentinos de calabaza con muzzarella en masa de espinaca o los fucciles al fierrito gratinados—, pero los bastones de muzzarella ocupan un lugar destacado en la previa.

A diferencia de otros lugares donde esta entrada pasa desapercibida, acá llegan a la mesa recién fritos, con un dorado parejo y ese punto justo de queso fundido que se estira en cada bocado. Los sirven con fileto casero, aunque muchos comensales aseguran que, solos, son más que suficientes para abrir el apetito.

El restaurante funciona todos los días en doble turno, salvo lunes al mediodía y domingos por la noche. El acceso es sencillo gracias a colectivos como el 92, el 99 o el 106, además de la cercanía con la estación Medrano de la línea B de subte. Y para quienes quieran cerrar la comida con un broche dulce, la chocotorta con helado es la vedette de la carta de postres.