Las frutas ofrecen fibra, agua, vitaminas y minerales esenciales.
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Reemplazar el azúcar refinado por frutas naturales puede aportar beneficios, pero requiere hacerlo correctamente para evitar excesos de fructosa.
Las frutas contienen azúcares naturales junto a fibra, agua y micronutrientes que favorecen la digestión y ayudan a mantener estables los niveles de energía.
Según especialistas en endocrinología, procesar frutas para hacer jugos o pastas libera más azúcar y reduce sus propiedades nutritivas.
Reducir el consumo de azúcar añadido de forma gradual permite recuperar el gusto natural de los alimentos y prevenir enfermedades metabólicas.
Eliminar el azúcar de la dieta es uno de los pasos más comunes entre quienes buscan mejorar su alimentación, aunque no siempre se hace del modo correcto. Muchos prefieren reemplazarlo con frutas, creyendo que así eliminan por completo su consumo, pero los especialistas advierten que esa sustitución requiere conocimiento y moderación.
La endocrinóloga Carmen Aragón Valera, de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, explica que las frutas, aunque saludables, también contienen azúcar natural en forma de fructosa. Por eso, si bien representan una alternativa más nutritiva que los dulces o postres industriales, deben consumirse con equilibrio y preferentemente en su estado natural.
Más allá de aportar energía, las frutas ofrecen fibra, agua, vitaminas y minerales esenciales. Por eso, incluirlas en la dieta diaria puede ayudar a mejorar la digestión, fortalecer el sistema inmunológico y mantener un metabolismo estable, siempre que no se sustituyan de manera excesiva por otras fuentes de azúcar.
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Qué pasa si reemplazo el azúcar por frutas
Según la especialista, reemplazar el azúcar refinado por frutas frescas mejora la calidad de la dieta y aporta a reducir el consumo de productos ultraprocesados. Pese a eso, esto no significa dejar de ingerir azúcar, ya que las frutas también la contienen.
La diferencia más importante está en que los azúcares de las frutas vienen acompañados por fibra y micronutrientes que hacen más lenta su absorción, evitando asi picos bruscos de glucosa en sangre. De este modo, resultan una fuente de energía más estable y menos dañina para el organismo.
Pese a esto, la endocrinóloga advierte sobre el consumo de frutas muy maduras o procesadas. A medida que maduran, el contenido de azúcar se hace más evidente y aumenta su dulzor. Además, al triturarlas o convertirlas en jugos, se pierde parte de la fibra y el azúcar se libera, generando un efecto similar al de una bebida azucarada.
Banana
Las bananas son una fuente nutritiva excelente, pero pocas personas conocen las diferencias entre los diferentes estados de madurez de esta fruta: verde, amarilla y marrón.
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También señala que las frutas desecadas o convertidas en pastas, como los dátiles o higos secos, concentran una gran cantidad de azúcar natural. Aunque pueden ser una alternativa más saludable que los endulzantes industriales, deben consumirse con moderación.
Por último, Aragón recomienda reducir gradualmente el azúcar añadido en la alimentación diaria. Adaptar el paladar de forma progresiva ayuda a disfrutar del sabor auténtico de los alimentos sin necesidad de edulcorantes. De este modo, es posible mantener una dieta equilibrada que aporte placer y salud a largo plazo.