Este truco es fundamental para una conocida achura del asado que intriga a todos los parrilleros

El secreto para lograr chinchulines perfectos está en el marinado previo. Una mezcla simple puede convertir a esta clásica achura en una de las estrellas.

  • Los chinchulines, una de las achuras más tradicionales del asado, requieren una preparación especial para lograr una textura crocante por fuera y tierna por dentro.
  • Un reconocido parrillero explicó el paso clave que garantiza su sabor y suavidad, destacando la importancia del marinado previo.
  • Este truco sencillo realza el aroma y elimina impurezas, logrando un resultado ideal para acompañar otros cortes en la parrilla.
  • Además, recomendó ingredientes naturales y fáciles de conseguir que aportan un toque distintivo sin alterar su esencia criolla.

Los chinchulines ocupan un lugar especial en la cultura parrillera de nuestro país. Su sabor y textura característica los convierten en una de las achuras más buscadas, aunque también una de las más desafiantes de preparar. Con frecuencia generan debate entre los asadores sobre cuál es el método ideal para lograr el punto perfecto sin que queden duros o amargos.

Este corte, proveniente del intestino delgado del animal, requiere limpieza, paciencia y una cocción controlada. Su éxito depende tanto del fuego como de los pasos previos, ya que una buena preparación puede transformar una simple achura en una opción gastronómica de primer nivel.

En ese sentido, un reconocido chef de parrilla compartió un truco que, según los expertos, marca la diferencia. Se trata de una técnica tradicional que mezcla marinado y reposo para lograr un chinchulín dorado, crocante y con sabor equilibrado.

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Cuál es el truco de los asadores para hacer chinchulines

El secreto está en el marinado previo. Antes de llevarlos a la parrilla, se recomienda dejarlos reposar durante toda la noche en una mezcla de leche, ajo y hierbas aromáticas. Este proceso cumple una doble función, la cual limpia y ablanda el tejido, al mismo tiempo que elimina sabores amargos típicos de la achura.

El chef sugiere usar leche entera, algunos dientes de ajo aplastados y ramas de hierbas frescas como romero, salvia o laurel. La clave está en mantener los chinchulines bien cubiertos dentro del recipiente y conservarlos en la heladera hasta el momento de cocinarlos. Al día siguiente, se retiran, se escurren y se colocan sobre la parrilla a fuego medio.

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Con esta técnica, el resultado es un chinchulín dorado, crujiente por fuera y tierno por dentro, con un aroma que resalta entre el resto de las achuras. “Quedan espectaculares, suaves y con una textura que sorprende”, aseguran los expertos en el arte del asado.