¿Sabías que aún vive un animal que coexistió con los dinosaurios? Es un mamífero venenoso
Este pequeño roedor es un catálogo de rarezas: parece un topo, pero tiene una trompa similar a la de los elefantes y una glándula que produce veneno. Su linaje apareció hace 70 millones de años.
Actualmente quedan solo dos especies de este extraño animal, ambas en el Caribe.
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El almiquí es un pequeño mamífero que vive en el Caribe, particularmente en Cuba, Haití y República Dominicana.
Es el último representante de la familia Solenodontidae, que apareció hace 70 millones de años y convivió con los dinosaurios.
Es similar a un topo, con una trompa para cazar insectos y una glándula que le permite inyectar veneno cuando duerme.
Está en peligro de extinción debido a la caza furtiva y la destrucción de su hábitat natural.
Cuando pensamos en animales que convivieron con los dinosaurios, seguramente los primeros que nos vengan a la cabeza sean los tiburones, las gallinas o los cocodrilos, cuyos ancestros vivieron hace millones de años. Sin embargo, existe uno muchísimo más raro: un mamífero venenoso.
Se trata del almiquí, un pequeño animal que podría definirse como una mezcla de musaraña, topo y erizo. Debido a sus hábitos nocturnos y su carácter huidizo, recién fue descubierto en 1833. Es el último representante de la familia Solenodontidae, que apareció en la Tierra hace 70 millones de años y sobrevivió al meteorito que acabó con los dinosaurios.
Actualmente solo existen dos especies de este linaje. Una es el almiquí de Cuba (Solenodon cubansus), catalogado como "en peligro de extinción" por la Unión para la Conservación de la Naturaleza; y la otra es el almiquí de La Española (Solenodon paradoxus), que se encuentra en Haití y República Dominicana, y se considera como "preocupación menor".
Almiquí
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Así es el almiquí, el mamífero venenoso que coexistió con los dinosaurios
El almiquí es un mamífero nocturno y solitario que se alimenta de insectos. Mide unos 30 centímetros de largo, con una cola que puede alcanzar casi el mismo tamaño. Describirlo es complicado ya que acumula particularidades y rarezas, algo similar a lo que sucede con el ornitorrinco.
Este pequeño roedor tiene muy mala visión, como los topos, pero lo compensa con un excelente sentido del olfato. Cuenta con una trompa extensible, similar a la de los elefantes, que puede doblarse en ángulos de 90 grados para cazar insectos. Además, tiene una glándula en la mandíbula inferior que le permite inyectar veneno cuando muerde, y la utiliza para defenderse de sus depredadores.
Durante mucho tiempo se pensó que el almiquí se había extinguido, pero en 2003 se descubrieron colonias pequeñas y aisladas. Hoy está amenazado por la pérdida de su hábitat natural, la caza furtiva y la aparición de especies introducidas por el hombre, como los perros y los gatos.