Más allá de mantener una alimentación equilibrada y realizar ejercicio de manera regular, existe una actividad que influye de manera significativa en la longevidad y el bienestar de los adultos mayores: la participación social.
Pexels
Dan Buettner, reconocido experto en longevidad, resume dos décadas de trabajo en una idea que considera esencial: "la mejor estrategia de actividad física a largo plazo es cultivar un huerto".
Su planteamiento nace de observar regiones donde la población envejece mejor y donde el entorno facilita hábitos saludables sin esfuerzo consciente.
Entre esos hábitos destaca el propósito vital, que en Okinawa se conoce como ikigai y en Nicoya como plan de vida. Según trabajos citados por el National Institute on Aging, contar con un motivo claro para empezar el día se asocia a menor mortalidad y mejor salud emocional.
La pertenencia a una comunidad estable también añade años de vida.
Dan Buettner, reconocido experto en longevidad, resume dos décadas de trabajo en una idea que considera esencial: "la mejor estrategia de actividad física a largo plazo es cultivar un huerto". Su planteamiento nace de observar regiones donde la población envejece mejor y donde el entorno facilita hábitos saludables sin esfuerzo consciente. En esas comunidades, el movimiento se integra en la rutina diaria. La epidemiología respalda esa relación entre entorno y salud. Cuando la vida cotidiana empuja en la dirección correcta, la longevidad aumenta.
A partir de estos hallazgos surgieron las Zonas Azules: Cerdeña, Okinawa, Nicoya, Icaria y Loma Linda, ampliadas más tarde con Singapur. Buettner explica que las labores del huerto —regar, desherbar, cosechar— proporcionan actividad ligera diaria que reduce el cortisol y fortalece el tren inferior. Estudios con acelerómetros muestran que estas pequeñas dosis de movimiento son más beneficiosas que un esfuerzo intenso semanal. Con estos datos definió sus Power 9, un conjunto de patrones comunes entre poblaciones que envejecen bien. No son teorías, son conductas observadas.
Por qué una huerta puede ser clave para la longevidad según el experto
Entre esos hábitos destaca el propósito vital, que en Okinawa se conoce como ikigai y en Nicoya como plan de vida. Según trabajos citados por el National Institute on Aging, contar con un motivo claro para empezar el día se asocia a menor mortalidad y mejor salud emocional. Buettner también observó rituales sencillos que ayudan a reducir el estrés, como la siesta, la oración o los brindis cotidianos. Estos gestos disminuyen la inflamación crónica. La regulación diaria del estrés contribuye a retrasar enfermedades asociadas al envejecimiento.
longevidad
El análisis alimentario revela otro patrón clave: el predominio vegetal. En las cinco zonas, las legumbres forman la base de la dieta, mientras que la carne aparece pocas veces al mes y en pequeñas raciones. Estos hábitos coinciden con los estudios de adventistas y modelos mediterráneos que muestran mejor control del peso y del metabolismo. Incluso el popular “vino a las 5” se entiende más como un ritual social que como una recomendación dietética. La pertenencia a una comunidad estable también añade años de vida.