Creyó que los dolores eran por la menopausia pero el médico reveló un diagnóstico inesperado

A veces, una consulta a tiempo puede marcar una diferencia significativa en el bienestar y en la salud a largo plazo.

  • Una mujer ignoró durante un año un sangrado vaginal constante creyendo que se debía a la menopausia, cuando en realidad era un cáncer de útero avanzado.
  • Dawn Willis contó que los síntomas comenzaron en 2017, a los 50 años, y que solo buscó ayuda médica cuando su abdomen empezó a hincharse.
  • Los estudios confirmaron un cáncer avanzado y, aunque se culpó por no haber actuado antes, agradeció que los médicos lo detectaran a tiempo para iniciar el tratamiento.
  • Señaló que el diagnóstico no terminal le devolvió la esperanza y reconoció que, de haber demorado unos meses más, su situación podría haber sido fatal.

Muchas personas atribuyen ciertos síntomas físicos a etapas naturales de la vida, y en el caso de las mujeres, la menopausia suele aparecer como explicación rápida ante cambios corporales o molestias repentinas. Sin embargo, no siempre lo que parece evidente es lo que realmente está ocurriendo. Cuando el malestar se vuelve persistente o se intensifica, una consulta médica se vuelve clave para descartar otras posibilidades y recibir un diagnóstico adecuado.

En este caso, Dawn Willis decidió buscar ayuda profesional después de convivir durante semanas con dolores que relacionaba con la transición hormonal. Su intención inicial era simplemente confirmar que todo se debía a ese proceso esperado, pero la evaluación clínica terminó tomando un rumbo totalmente distinto.

Qué decía el diagnóstico sobre la mujer con dolores que asociaba a la menopausia

La leucemia mieloide aguda es un tipo de cáncer de rápida progresión

Dawn Willis atravesó una verdadera pesadilla que recién ahora, ocho años después, se anima a relatar. Todo comenzó en 2017, cuando cumplió 50 años: tuvo sangrado vaginal constante durante casi doce meses, pero lejos de preocuparse, pensó que formaba parte del proceso natural de cierre de su etapa fértil.

Con el correr del tiempo y ya sintiendo que su abdomen comenzaba a hincharse, su familia la persuadió para pedir una consulta médica. Tras realizarse los estudios correspondientes, el especialista le confirmó que padecía un cáncer de útero en un estadio avanzado.

“Me enojé mucho conmigo misma cuando recibí el diagnóstico porque había desoído las señales”, admitió. Aun así, expresó gratitud hacia los profesionales que lograron detectarlo a tiempo, permitiéndole iniciar un tratamiento.

“Cuando me dijeron que no era terminal, pensé: ‘Bueno, voy a salir adelante’”, recordó, y reconoció: “Si hubiera esperado solo un par de meses más, no creo que estaría acá hoy”.

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