El batido mágico y proteico que tomaba Bruce Lee después de entrenar

La leyenda de las artes marciales Bruce Lee tenía un físico impresionante que mantenía a través de una estricta rutina de ejercicios y un plan de alimentación al que se conoce popularmente como la "dieta del dragón". Dentro de ella, un elemento fundamental era el batido proteico que tomaba después de entrenar.

En distintas entrevistas, Bruce Lee contó que tomaba por lo menos un par de batidos de proteínas al día que su esposa Linda le preparaba usando leche en polvo, según lo establecían los consejos de una famosa nutricionista de la época, Adele Davis. "Bruce solo consumía calorías que luego pudiese usar como fuente de energía, nada de calorías vacías o caprichosas", explicó Linda en una ocasión.

Como era fanático de la comida asiática, solía consumir muchas verduras y arroz que acompañaba con legumbres, carne y frutas. Aunque comía carbohidratos, evitaba las harinas refinadas y consumía frutos secos con moderación. "Los huevos con cáscara, como el maní, las bananas y la leche en polvo, nunca faltan en mi dieta", reveló.

Además, Bruce Lee incorporaba a su dieta distintos suplementos de vitaminas y minerales, como el inositol y la lecitina, que mezclaba con leche en polvo y germen de trigo. Generalmente aprovechaba los batidos proteicos para consumirlos. "Si eres un artista marcial, come solo lo que tu cuerpo necesita y no te dejes llevar por los placeres culinarios", recomendaba.

Bruce Lee

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Cómo era el batido proteico de Bruce Lee

Uno de los batidos proteicos más consumidos por Bruce Lee tenía varios de sus ingredientes preferidos: maní, banana, leche en polvo e, incluso, huevos con cáscara. El objetivo era mejorar su rendimiento y recuperar energías luego de hacer ejercicio.

Ingredientes

• Leche en polvo (en lo posible, descremada).
• Agua o jugo de frutas.
• Cubitos de hielo.
• Dos huevos con cáscara, bien lavados.
• Germen de trigo.
• Levadura de cerveza.
• Pasta de maní.
• Banana.

Preparación

La preparación de este batido proteico es muy sencilla: solo hay que colocar todos los ingredientes en una licuadora (excepto el hielo, que se agrega al final para refrescar la bebida) y procesarlos hasta obtener una consistencia líquida. Servir en un vaso con cubitos de hielo y disfrutar.