La gastronomía argentina se destaca por sus platos lo cuales pueden ser acompañados por diferentes vinos, muchos de ellos considerados los mejores del mundo y con reconocimiento de parte de los mejores catadores, que son de industria nacional. El listado es enorme, sin embargo, existe una serie de vinos que se pueden combinar con las comidas más famosas de Argentina.
Si una persona se inclina por un blanco, se puede elegir el Torrontés. Una bebida autóctona y fragante, de aromas y sabores intensos. Otra opción es un Pedro Giménez, un blanco a base de la uva más plantada del país, que hasta hace poco solo se usaba para vinos comunes. En caso de elegir un rosado, se puede servir uno del año 2017 y a base de Malbec, por ser el cepaje emblema. A continuación, todos los detalles.
Qué vinos argentinos son los mejores para combinar con las comidas argentinas
Crios Torrontés 2017
Es un blend de Torrontés de Cafayate y Valle de Uco. Es un blanco moderno y refrescante, con moderna tipicidad y un paladar vibrante. De final largo, alimonado y floral, ideal para servir como aperitivo, acompañar la picada o empanadas picantes.
Alma Gemela Pedro Giménez 2016
Se trata de una bebida fermentada con sus levaduras indígenas y tiene rendimientos altos, presenta buen volumen en boca, de paso algo rústico y con final persistente que le da carácter. Tiene cuerpo y una textura interesante para servir en la mesa, con notas de frutas secas y una agradable vivacidad.
Doña Paula Rosé Malbec 2017
Es un rosado de aromas frutales y fragantes pero no invasivo ni intenso. De paladar franco, muy tenso su paso por boca dominado por una firme acidez y un cuerpo ágil de carácter frutal definido. Ideal como aperitivo y con un atractivo color rosa pálido y brillante.
vino
Uno por uno: los vinos argentinos son los mejores para combinar con las comidas argentinas.
Mendel Semillón 2017
La primer cosecha de este vino fue 2009, sin embargo, parece un blanco de toda la vida por el carácter y definición de estilo logrados. De aromas delicados pero con una tipicidad expresiva, buen volumen y un paladar franco y austero, pero también tenso. Uno de los pocos vinos blancos nacionales con potencial de guarda.
Cara Sur Criolla 2017
Este es el primer vino que se animó a ostentar con orgullo varietal, su nombre en la etiqueta. Las uvas provienen de parrales de 80 años. De aromas vibrantes y paladar fresco, bien fluido y tenso. Con un carácter frutal único, mordiente y con un dejo salvaje que lo distingue en la mesa.
Don Valentín Lacrado Malbec 2015
Este Malbec es de aromas poco expresivos pero amables. Paladar frutal y bien fluido, fresco y franco, también clásico en el que conviven la fruta roja madura y las especias. Sus taninos suaves pero incipientes lo convierten en un buen compañero de la mesa argentina de todos los días.
Saurus Malbec 2016
Malbec joven, con fluidez y toda la frescura patagónica. De paladar amable, con taninos suficientes para acompañar comidas variadas en casa. Frutal y de trago agradable. Además, es un tinto muy completo para su categoría que llama la atención por su marca y etiqueta.
Numina 2015
Se trata de una de las líneas de vinos argentinos que más rápido ha evolucionado porque nació con la cosecha 2004, pero fue a partir de la llegada de José Galante a la bodega, en 2010, que ha tomado vuelo y fuerza propia. Cuenta con vida y carácter frutal, buen cuerpo y agarre, con potencial y juventud. La fruta tiene mucha fuerza y la madera se siente bien integrada.
Luigi Bosca De Sangre 2014
Blend de Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot es concebido como un vino homenaje a la familia. Se trata de una bebida de aromas clásicos e integrados, en boca posee cierto músculo y sabores francos. Un carácter frutal austero y finamente maduro, con especias y suaves tostados de la crianza. Sorprende por sus texturas que hablan de un vino más joven en su carácter, pero siempre dentro del clasicismo que lo identifica.
Montchenot Gran Reserva 15 Años 2000
Es el vino con más vigencia en el mercado argentino, y su versión Gran Reserva es la cosecha del milenio. Se trata de un blend en el que manda el Cabernet Sauvignon, acompañado sutilmente del Merlot y del Malbec. En esta bebida los aromas y sabores se unieron en una expresión, profunda y delicada que permite imaginar el pasado. Hay equilibrio y complejidad del tiempo en cada trago.