El jugo de limón es un ingrediente muy usado en todo tipo de comidas, desde bebidas hasta pastelería e incluso como condimento para ensaladas. Sin embargo, a veces puede pasar que, después de exprimir un limón, descubramos que el jugo está muy amargo y tiene un sabor poco agradable. Es importante saber que esto puede evitarse con un sencillo truco.
El experto en ciencia y cocina Heinz Wuth, muy conocido en redes sociales, señaló que es común que aparezcan notas amargas en el jugo de limón un rato después de exprimirlo. Según explicó, esto se debe a varios motivos. Uno de ellos es que la piel de la fruta contiene terpenos, un compuesto orgánico que puede amargar el jugo si entra en contacto con él.
También es común que se apriete demasiado la parte central del limón, conocida como placenta, y como resultado libere sustancias amargas como el citrato que pueden contaminar el jugo. Otro error habitual es dejar el jugo de limón en contacto con el aire durante mucho tiempo, ya que el oxígeno activa los flavonoides y citratos responsables del amargor.
Jugo de limón
El agua con limón también puede ser beneficiosa para la salud digestiva.
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Truco para que el jugo de limón no se ponga amargo
Para evitar que el jugo de limón se ponga amargo después de exprimirlo, Heinz Wurth recomienda un truco muy sencillo. Primero hay que extraer el jugo con un exprimidor, teniendo cuidado de no apretar demasiado la fruta. Luego se debe colocar el líquido en un recipiente, taparlo bien con papel film, asegurándose de que no quede en contacto con el aire, y llevarlo a la heladera.
El frío hace mucho más lento el proceso de amargor y permite conservar el jugo en buenas condiciones por aproximadamente 48 horas. Otra opción es elegir limones bien maduros, ya que estas frutas no contienen las sustancias que dejan un sabor amargo en el líquido. Este truco también funciona para el jugo de otros cítricos, como la naranja.