El botón del celular que hay que desactivar urgente para evitar estafas
Una función habitual puede transformarse en un acceso directo para ataques que comprometen datos sensibles y permiten maniobras delictivas sin señales visibles.
Desactivar el Bluetooth reduce el riesgo de hackeos y robos de información.
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Dejar el Bluetooth activado puede abrir una vía silenciosa para ataques dirigidos al dispositivo.
Técnicas como Bluesnarfing, BlueSmacking y BlueBorne aprovechan descuidos para obtener información privada.
La intrusión mediante estas modalidades puede derivar en robos económicos, fraudes y suplantación de identidad.
Existen prácticas concretas que reducen riesgos y fortalecen la seguridad del teléfono frente a estafadores.
El uso cotidiano del Bluetooth lo convirtió en una herramienta indispensable para sincronizar accesorios, compartir archivos o vincular dispositivos personales. Sin embargo, su presencia constante en segundo plano abrió un escenario propenso a vulnerabilidades que se multiplicaron en los últimos años. La permanencia del sistema inalámbrico sin un propósito concreto habilita la posibilidad de que actores maliciosos intercepten conexiones y obtengan acceso a información almacenada en el equipo.
La proliferación de ataques que operan a través de esta vía expuso un fenómeno preocupante: técnicas pensadas para pasar inadvertidas pueden sortear defensas básicas y ejecutar acciones sin que el afectado lo note de inmediato. Muchas intrusiones se desarrollan sin alertas evidentes, lo que permite a los ciberdelincuentes moverse con libertad hasta causar daños significativos. En ese escenario, se volvió indispensable comprender qué métodos aprovechan la tecnología Bluetooth para expandirse.
Entre las modalidades más conocidas se encuentran el Bluesnarfing, el BlueSmacking y el BlueBorne, cada una con características específicas y un impacto que puede alterar por completo la seguridad del teléfono. Estas prácticas comparten un punto en común: todas se apoyan en la disponibilidad del Bluetooth y en la falta de medidas de prevención.
Botón Bluetooth
Las técnicas como Bluesnarfing y BlueBorne explotan fallas de seguridad para ingresar en dispositivos cercanos.
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Bluesnarfing, BlueSmacking y BlueBorne: de qué se trata
Estas amenazas representan distintas formas de irrupción. El Bluesnarfing se centra en ingresar de manera silenciosa al equipo para extraer datos, desde contactos hasta credenciales vinculadas a servicios financieros. El BlueSmacking explota fallas para saturar el sistema y generar comportamientos inestables que funcionen como puerta de entrada para otras intervenciones.
El BlueBorne, por su parte, resulta especialmente riesgoso porque permite tomar control del teléfono sin requerir emparejamiento previo, valiéndose únicamente de la dirección MAC para iniciar la infección.
La consecuencia de estos métodos puede ser severa: robo de identidad, movimientos económicos no autorizados o utilización de la información capturada para actividades delictivas. Además, el acceso indebido habilita acciones como el envío de mensajes fraudulentos y la manipulación de sesiones en otros servicios.
Cómo protegerse de las estafas
La prevención se convirtió en el principal mecanismo de defensa ante estas amenazas. Desactivar el Bluetooth cuando no se lo necesita reduce de forma drástica la superficie de ataque y dificulta la detección del dispositivo por parte de intrusos. Configurarlo en modo no detectable, evitar emparejamientos en espacios públicos y mantener actualizados tanto el sistema operativo como los accesorios vinculados también contribuye a bloquear intentos de acceso.
Celular, redes sociales, cadenas, trata de personas, internet 22-09-24
Desactivar el Bluetooth fuera de uso es la medida más efectiva para frenar intrusiones.
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Medidas adicionales, como reemplazar claves predeterminadas, eliminar dispositivos emparejados en desuso y utilizar herramientas de monitoreo, fortalecen la seguridad general. Incluso hábitos complementarios, como evitar estaciones de carga desconocidas, ayudan a minimizar riesgos asociados a conexiones inalámbricas y físicas. Con estas prácticas, el teléfono puede quedar más resguardado frente a mecanismos de ataque que operan de manera invisible.