No obstante, su afirmación es controvertida debido a que en 2010 se presentó un estudio preliminar en una conferencia de la Sociedad Internacional para la Investigación del Autismo, que estimó una prevalencia de autismo en el grupo Amish de 1 cada 271 niños. Además, los investigadores de esa comunidad puntualizan que hay un porcentaje que sí se vacunó.
Los dichos del presidente estadounidense ratificaron sus cuestionamientos a la ciencia ya que además criticó el calendario de vacunación infantil. Previamente, había cuestionado el cambio climático y sugirió tomar hidroxicloroquina, inyectar desinfectantes a personas y aseguró que la luz solar es eficiente para enfrentar el Covid-19. La designación como secretario de Salud de Robert F. Kennedy Jr., un activista antivacunas, reconfirmó su postura.
Los médicos advirtieron que no está comprobada una relación entre el autismo y el paracetamol
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos del espectro autista consisten en distintas afecciones que afectan la comunicación y la interacción social. También puede generar complicaciones para realizar una actividad después de otra.
El organismo también señala que aunque algunas personas pueden vivir de forma independiente, otras requieren de asistencia. La tasa de incidencia mundial es de uno cada 100 niños.
En este marco, la médica pediatra Jimena Diz cuestionó a Trump y se refirió a un análisis de un supuesto vínculo entre el paracetamol y el autismo. "Hasta el momento, no hay ningún estudio que avale los dichos de Trump. Se hizo un estudio sobre el consumo de paracetamol y autismo, que además analizó mujeres que consumieron paracetamol por un tiempo largo y no una toma única para cualquier tipo de dolor, y la conclusión fue que esta asociación no es real. Entonces, hasta ahora sus dichos son falsos y muy irresponsables", enfatizó a C5N.
"Él se basó en algunos estudios pero con una base científica muy poco sólida y que después se refutaron. Actualmente, no hay justificación para lo que dijo e incluso varias comunidades científicas lo desmintieron y señalaron que el paracetamol es la única medicación que pueden recibir embarazadas ante el dolor y la fiebre. Es muy irresponsable decir que no lo tomen porque se las dejaría sin tratamiento", agregó en esta línea.
Paracetamol
Los especialistas criticaron a Trump por sus dichos sobre el paracetamol y el autismo.
Por su parte, la neuróloga infantil del Hospital Público Materno Infantil de Salta, Gabriela Delturco, se mostró en la misma línea y se refirió en diálogo con C5N a las sospechas sobre los factores que favorecen que un niño tenga autismo: "No se puede hablar de una relación directa entre el paracetamol y el autismo porque todavía no hay nada científicamente comprobado. Se cree que el autismo puede tener una causa genética pero no hay un gen específico que lo confirme. El paracetamol es una de las pocas drogas permitida como antiinflamatorio y analgésico en el embarazo porque no compromete al feto".
En este marco, explicó el rol de la genética en el trastorno. "Es cierto que hay muchos síndromes genéticos que se asocian al autismo porque se cree que hay una base genética y por una predisposición familiar, ya que una persona con un hijo con autismo tiene muchas más chances de tener otros hijos con autismo. Se sabe que hay una genética y una epigenética que modifica la información genética de cada persona y puede favorecer no solamente el autismo, sino los trastornos del neurodesarrollo", subrayó.
En tanto, la OMS lanzó un comunicado en el que recordó que no está comprobado científicamente que el paracetamol en las embarazadas pueda generar autismo en niños. "Si bien la concienciación y el diagnóstico han mejorado en los últimos años, no se han establecido las causas exactas del autismo, y se entiende que existen múltiples factores que pueden estar involucrados", advirtieron.
En tal sentido, el director médico de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), Steffen Thirstrup, sostuvo que "el paracetamol sigue siendo una opción importante para tratar el dolor o la fiebre en mujeres embarazadas".
Asimismo, el pediatra y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría, Marcos Mercado, coincidió en diálogo con C5N con que el paracetamol puede ser tomado por embarazadas y apuntó hacia las probables circunstancias de la aparición del trastorno: "Hay que tener en cuenta el auge de la televisión desde hace 25 o 30 años y los teléfonos inteligentes ya que un niño, para desarrollar su lenguaje y capacidad de comunicación, necesita de otra persona del otro lado porque aprende de lo que ve del otro, lo que escucha y el intercambio".
"Si un niño pequeño está todo el tiempo frente a una pantalla, tendrá fascinación y no sale de eso porque en estos casos es unidireccional, es decir sólo de la pantalla al niño. Hay niños que sufren eso desde muy pequeños, se encierran en sí mismos y se comportan como si fueran autistas porque viven en su propio mundo", agregó.
Robert F. Kennedy Jr
El secretario de salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr.
Reuters/Ken Cedeno
Los cuestionamientos por las afirmaciones de Trump sobre las vacunas
Por otro lado, Delturco cargó contra Trump por ligar el autismo con las vacunas. "Es irresponsable decir eso porque con su uso se evitaron cuadros muy graves. Lo único que hace es que los que tienen dudas, dejen de aplicárselas. Es verdad que algunas no se conoce como responden a largo plazo, pero las que se usan en niños son comprobadas y se utilizan para tratar de prevenir enfermedades que pueden ser muy graves", enfatizó.
En esta línea, Diz advirtió las consecuencias de estas afirmaciones: "Las vacunas salvaron millones de vidas y la asociación que se hizo en su momento entre el autismo y los componentes de la vacunas le hizo muchísimo daño a la sociedad y todavía persiste. Es muy grave y triste".
Vacunación
Los médicos defienden el uso de las vacunas.
"Hay un aumento muy importante de gente que decide no vacunarse, especialmente en Estados Unidos, pero eso afecta a todo el mundo porque es una decisión colectiva, ya que cuando alguien se vacuna, se protege al resto", marcó la pediatra.
También apuntó hacia la postura de integrantes del Gobierno de Estados Unidos. "Hay funcionarios del gobierno de Trump que son antivacunas y lo manifiestan abiertamente", expresó.
La leucovorina, el criticado tratamiento que se aprobó en Estados Unidos
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó la leucovorina para tratar el autismo en casos de niños con deficiencia cerebral de folato. Se trata de un medicamento que ayuda a prevenir los efectos secundarios del metrotexato, utilizado para retrasar el crecimiento de células en algunos tipos de cáncer.
"Un estudio descubrió que, en niños con autismo y deficiencia crónica de folato, dos tercios de los niños con síntomas de autismo tuvieron mejoras y algunas fueron destacadas. El Presidente nos indicó que hiciéramos lo correcto médicamente, que fuéramos audaces y no nos preocupáramos por las corporaciones ni los grupos de presión. Así que eso es lo que estamos haciendo", argumentó el comisionado de la FDA, Marty Makary, según consignó el reconocido portal suizo Swissinfo.
Sin embargo, Diz alertó que el anuncio de la agencia estadounidense también carece de información científica: "Va en la misma línea. El trastorno del espectro autista no tiene cura porque tampoco tiene una causa clara".
"Ningún tratamiento de los que existen hoy cura los síntomas cardinales del autismo. Lo que sí tiene una evidencia científica es que la terapia cognitivo-conductual mejora los síntomas, sobre todo si se implementa en edades más tempranas y por eso se hace hincapié en un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno. No hay nada que cure el autismo porque no es una enfermedad, sino una condición", añadió Delturco por su parte.
Leucovorina
Los médicos cuestionaron el uso de leucovorina para el autismo.
Redes sociales
Las señales en los niños que pueden indicar autismo
Por otro lado, Mercado describió los signos de que un niño puede tener autismo e hizo alusión a la variedad: "No todos los trastornos del espectro autista son iguales. Algunas personas con autismo pueden tener dificultades para relacionarse con otras personas pero pueden desarrollar trabajos que no requieren de mucha conexión con seres humanos".
Asimismo, el pediatra destacó la importancia del diagnóstico en la primera infancia: "Hay otro grupo que tiene un nivel de imposibilidad más alto y se les hace más difícil. Por ejemplo, no es lo mismo diagnosticar un niño que tiene un trastorno del espectro autista cuando tiene un año que cuando tiene seis ya que cuando es más grande, aprendió a ser de esa manera, se desarrolló y se comunicó con otras personas, por lo que es muy difícil revertir eso".
En tanto, enumeró las acciones que deben realizar los bebés para no generar sospechas de autismo. "A los dos meses de vida tienen que mirar a personas que les hablen y sonreír, a los seis o nueve meses tienen que balbucear, entre los seis meses y el año mirar a los ojos y señalar lo que quieren, al año y medio decir palabras sueltas y a los dos años armar oraciones de al menos dos palabras y que entiendan lo que les dicen los adultos, aunque a veces no lo hagan exactamente", explicó.