Este crimen tiene más de 30 años sin resolverse pero un principal sospechoso: qué sucede que no se resuelve
La falta de una resolución, aun existiendo un sospechoso central que nunca fue juzgado, mantiene abiertas las preguntas sobre encubrimientos y fallas estructurales del sistema.
Conocé lo último que se sabe acerca de este crímen que aún no tiene respuestas
Tres adolescentes desaparecieron en noviembre de 1992 en la Comunidad Valenciana.
Sus cuerpos fueron hallados 75 días después en una fosa en La Romana. Miguel Ricart fue condenado; Antonio Anglés permanece prófugo.
La investigación estuvo marcada por errores, polémicas y teorías alternativas.
El caso generó un impacto social y mediático sin precedentes en España.
Más de 30 años después, el crimen de las niñas de Alcàsser sigue siendo uno de los casos más perturbadores y controvertidos de la historia reciente de España. Ocurrido en 1992, el asesinato de Miriam, Toñi y Desirée conmocionó al país y marcó un antes y un después en la cobertura mediática de sucesos policiales. A pesar del tiempo transcurrido y de una condena judicial, el caso continúa generando dudas, debates y teorías.
Si bien Miguel Ricart fue condenado como autor material y pasó años en prisión, siempre existió la figura de un principal sospechoso adicional: Antonio Anglés, quien permanece prófugo desde los hechos. Con el paso de los años, el caso se convirtió en sinónimo de errores judiciales, exposición mediática extrema y dolor prolongado para las familias.
Cómo fue el crimen de Alcàsser y por qué tiene un principal sospechoso
niñas de Alcàsser
El caso de las niñas de Alcàsser es uno de los crímenes más impactantes y traumáticos de la historia reciente de España. Miriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández, de entre 14 y 15 años, desaparecieron el 13 de noviembre de 1992 cuando hacían autostop para asistir a una discoteca en la localidad valenciana de Picassent.
Tras 75 días de búsqueda, sus cuerpos fueron hallados en una fosa en el paraje de La Romana, en enero de 1993, en un estado que reveló una violencia extrema y desató una conmoción social sin precedentes. La investigación concluyó oficialmente que los responsables fueron Miguel Ricart, condenado a prisión, y Antonio Anglés, quien huyó y nunca fue capturado.
Sin embargo, desde el inicio el caso estuvo rodeado de controversias, fallas en la investigación y dudas sobre la versión oficial, alimentadas por errores forenses, manejo irregular de pruebas y una cobertura mediática inédita por su intensidad. Programas televisivos, filtraciones y teorías alternativas contribuyeron a profundizar el debate público sobre lo ocurrido y sobre la posible participación de más implicados.
Décadas después, el crimen de Alcàsser sigue siendo un referente obligado al hablar de violencia criminal, tratamiento mediático de casos policiales y confianza en el sistema judicial. La ausencia de respuestas definitivas, sumada a la fuga de Anglés y a las irregularidades señaladas por investigadores independientes, mantienen el caso vigente en la memoria colectiva, convertido en un símbolo del dolor persistente y de las preguntas que aún no encuentran cierre.