El "Sátiro" de San Isidro: mató a 15 mujeres en seis meses y aterrorizó al país

Francisco Laureana se convirtió en uno de los criminales más violentos y temidos de la Argentina.

  • A mediados de los años 70, una serie de crímenes en el norte bonaerense generó pánico y una fuerte respuesta policial.
  • El responsable fue Francisco Laureana, conocido como “El sátiro de San Isidro”, autor de varios asesinatos en solo seis meses.
  • Sus ataques seguían un patrón violento y repetitivo, lo que intensificó el miedo y permitió vincular los casos.
  • El caso dejó una huella profunda en la comunidad y se mantiene como uno de los episodios más perturbadores de la crónica policial argentina.

A mediados de la década de 1970, la zona norte de Buenos Aires se transformó en el escenario de una serie de crímenes que provocaron una profunda conmoción y un creciente terror en la sociedad argentina. El pánico se extendió entre los vecinos a medida que surgían nuevos reportes de ataques violentos, generando un clima de inseguridad pocas veces experimentado en la región. La gravedad de estos hechos obligó a una reacción inmediata de las fuerzas de seguridad, decididas a identificar y capturar al responsable.

El autor de estos delitos, rápidamente señalado por la prensa como “El sátiro de San Isidro”, fue Francisco Laureana. Este individuo adquirió una notoriedad sin precedentes en la historia criminal del país tras cometer una serie de asesinatos de mujeres y niñas en un lapso extremadamente breve de solo seis meses. La brutalidad y la frialdad de sus acciones lo ubicaron entre los criminales más temidos y despiadados de Argentina.

Francisco Laureana
A mediados de los años 70, una serie de crímenes en el norte bonaerense generó pánico y una fuerte respuesta policial.

A mediados de los años 70, una serie de crímenes en el norte bonaerense generó pánico y una fuerte respuesta policial.

Lo que volvió estos crímenes particularmente inquietantes fue el patrón repetitivo con el que eran ejecutados. Esa metodología específica permitió a los investigadores relacionar los casos entre sí, pero también intensificó el miedo colectivo, ya que la comunidad se sentía bajo una amenaza constante. Incluso en la actualidad, la historia de Francisco Laureana continúa siendo una de las más oscuras y perturbadoras dentro de la crónica policial nacional.

Cuál es la historia del femicida Francisco Laureana y cómo causó terror en San Isidro

Francisco Laureana se convirtió en el responsable de una de las series de crímenes más espeluznantes de la historia moderna de Argentina. Sus actos, marcados por extrema violencia, se desarrollaron a mediados de la década de 1970 en la zona norte de Buenos Aires, con especial impacto en el partido de San Isidro, donde recibió el temido apodo de “El sátiro de San Isidro”.

Laureana aterrorizó a la sociedad al asesinar a varias mujeres y niñas en un lapso de apenas seis meses. La ferocidad de sus ataques y la repetición de los patrones generaron un pánico creciente, mientras la prensa y el público seguían cada nueva actualización con horror, sintiendo que un depredador invisible acechaba en su entorno.

Francisco Laureana
El responsable fue Francisco Laureana, conocido como “El sátiro de San Isidro”, autor de varios asesinatos en solo seis meses.

El responsable fue Francisco Laureana, conocido como “El sátiro de San Isidro”, autor de varios asesinatos en solo seis meses.

Los crímenes se repetían bajo un patrón claro y brutal, lo que permitió a las autoridades determinar que se enfrentaban a un único asesino serial. Su modus operandi incluía violar, asfixiar o estrangular a sus víctimas, generalmente atacadas en solitario y en áreas con poca circulación. La constancia de su violencia y la vulnerabilidad de las mujeres y menores atacados elevaron el miedo a niveles inéditos en la región.

El terror en San Isidro se volvió palpable. Las familias modificaron sus rutinas, las salidas nocturnas se redujeron, las mujeres y niñas comenzaron a circular siempre acompañadas y los hogares reforzaron sus medidas de seguridad. La presencia de un agresor metódico y suelto destruyó la sensación de tranquilidad que históricamente caracterizaba a la zona norte, provocando una histeria colectiva profunda.

La presión pública y mediática por su captura creció sin descanso. La historia de Laureana no se percibía como la de un simple delincuente, sino como la de un monstruo que irrumpió en la vida diaria. La investigación policial se transformó en una prioridad absoluta, aun con la dificultad de rastrear a un individuo que actuaba con violencia extrema y dejaba pocos indicios sobre su identidad.

La trayectoria criminal de Francisco Laureana terminó con su detención, pero el impacto de sus actos continuó resonando. Sus crímenes no solo dejaron víctimas fatales, sino que también modificaron la percepción de seguridad en la comunidad, marcando un antes y un después en la crónica policial argentina. El caso del “sátiro de San Isidro” sigue siendo recordado como uno de los episodios más oscuros y perturbadores del país.

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