Los abuelos son una pieza fundamental en la vida de las personas, sobre todo cuando somos niños y vamos creciendo. Su presencia, se ha convertido en un pilar fundamental en varios individuos y es por eso que merecen ser agasajados, entre otras cosas, con un día entero por su rol. Es por eso que en Argentina se celebra el Día de los abuelos, sin embargo, poco se sabe del vínculo que tiene esta tradición con una religión.
En nuestro país los abuelos tienen tres días para ser homenajeados: un día para ambos y otros dos días -por separado- para el abuelo y la abuela. No obstante, debemos mencionar que esta tradición nace en el seno de la religión para rendirle una sentida cortesía a los "abuelos más importantes". Conocé los detalles.
Cuándo es el Día de los abuelos en Argentina
El Día de los Abuelos en Argentina se celebra el 26 de julio, sin embargo, se suele dedicar dos días más para estos familiares del árbol genealógico. Es decir, el segundo domingo de noviembre se celebra el "Día de la Abuela" y el tercer domingo de agosto el "Día del Abuelo".
Las fechas mencionadas caben para nuestro país, no obstante, existe el Día Internacional de las Personas de Edad que se celebra el 1 de octubre. Esta fecha es promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y dedicado a concientizar contra la discriminación de los adultos mayores
Cuál es el origen de la tradición del Día de los abuelos
Se trata de una celebración de origen religioso y se conmemora la onomástica de San Joaquín y Santa Ana -abuelos de Jesús-. Ambos, son considerados "ejemplos" de virtud y representantes importantes valores como la caridad, la solidaridad, la bondad y la esperanza
San Joaquín era un hombre justo y piadoso que pertenecía a la tribu de Judá y con descendencia de la línea de David. Por su parte, Santa Ana, una mujer virtuosa, aunque sus dificultades para tener hijos le causaban mucho dolor. Los dos mantuvieron la fe y la esperanza, oraron hasta ser bendecidos con una hija. Este pedido se hizo realidad cuando un ángel se les apareció y les anunció que tendrían una hija y que sería la salvadora del mundo. Tiempo más tarde, Santa Ana concibió a María.