La FIFA y la UEFA se encaminan a realizar una votación para decidir si suspenden a la Selección de Israel de todas las competencias internacionales como sanción por la guerra en la Franja de Gaza, una decisión similar a la que se tomó con Rusia en 2022 tras la invasión a Ucrania.
Fuentes de la UEFA adelantaron este jueves a The Associated Press que la votación se realizará "pronto" y se espera que la medida sea apoyada por una mayoría dentro del comité ejecutivo, que tiene 20 miembros. Si se aprueba, las selecciones y clubes israelíes se quedarían afuera de todos los torneos europeos.
En el caso de la FIFA, la situación es más incierta. Una sanción implicaría que Israel no juegue el Mundial 2026, algo que Estados Unidos, uno de los países anfitriones, ya rechazó. "Trabajaremos para detener por completo cualquier intento de prohibir que la Selección nacional de fútbol de Israel participe en el Mundial", aseguró a la prensa estadounidense un portavoz del departamento de Estado.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, tiene un vínculo muy cercano con Donald Trump, el principal aliado internacional del gobierno israelí. El apoyo de la Casa Blanca es clave para garantizar la seguridad en la Copa del Mundo y para procesar las visas de jugadores, dirigentes e hinchas que viajen a ese país.
El Consejo de la FIFA se reunirá en Zúrich la semana que viene; de sus 37 miembros, ocho pertenecen a la UEFA. Figuras y entidades de peso se manifestaron a favor de eliminar a Israel de los torneos internacionales de fútbol, incluido el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y un comité de expertos independientes de la ONU.
Los especialistas aclararon que el boicot "debe dirigirse al Estado de Israel y no a los jugadores individuales", que no son responsables de las decisiones de su gobierno, y remarcaron que no debe haber discriminación ni sanciones contra deportistas por su origen o nacionalidad.
En agosto, la UEFA se manifestó en contra de la matanza de civiles y de niños en la Franja de Gaza con una bandera que se exhibió durante la final de la Supercopa de Europa entre Paris Saint-Germain y Tottenham, pero no hizo ninguna mención explícita a Israel.