Naciones Unidas rechazó el pedido de Bolivia y Colombia para sacar a la hoja de coca de la lista de drogas prohibidas

La lista I de la Convención Única de Estupefacientes impide la posibilidad de la investigación científica y de la exploración de usos alternativos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) le rechazó a Colombia y Bolivia las peticiones para quitar a la hoja de coca de la Lista I sobre Estupefacientes de la Convención Única de Naciones Unidas del año 1961. Ambos países latinoamericanos pretendían diferenciar a la planta de la cocaína, ya que se trata de un consumo ancestral por parte de sus pueblos originarios y que no produce los efectos psicoactivos que la droga sintética.

La Lista I es una de la más restrictiva de todas y es la que establece cuáles son las sustancias prohibidas para los países que firmaron la Convención Única de Estupefacientes del año 1961, que básicamente son todas las naciones del mundo. Allí, se encuentran presentes la heroína, el LSD (dietilamida del ácido lisérgico), el éxtasis (MDMA) y la cocaína, entre otras.

El pedido formal para la desclasificación de la hoja de coca la había realizado Bolivia, en el año 2023. Luego, se sumó el apoyo de Colombia. “La hoja de coca es como un sello seco que protege la identidad de los pueblos ancestrales andino-amazónicos”, defendía el entonces vicepresidente boliviano, David Choquehuanca. “No existe ni una pizca de evidencia científica para incluir a la hoja de coca en ese listado”, argumentó Laura Gil, embajadora de Colombia en Viena, sede de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas.

Sin embargo, la OMS no acompañó el pedido de los países latinoamericanos porque argumentaron la "facilidad" con la que la hoja se puede convertirla en la pasta base y finalmente producir cocaína. Se estima que una hectárea de cultivo de coca produce aproximadamente 4,2 toneladas de hojas frescas de coca al año; una tonelada de hojas frescas produce aproximadamente 1,5 kg de pasta de coca o 1,4 kg de base de cocaína; y un kg de base de cocaína produce aproximadamente 0,9 kg de clorhidrato de cocaína, que suele contener alrededor de un 85 % de cocaína pura”, calculó el organismo de Naciones Unidas que rechazó el pedido de la desclasificación.

“La decisión ignora evidencia clara de que, en su forma natural, la hoja de coca representa riesgos mínimos para la salud, dejando de lado milenios de conocimientos indígenas al afirmar que no existe una 'base sólida' para su uso terapéutico”, criticó Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas, una organización con sede en Londres y que reúne a más de 200 asociaciones expertas en sustancias de todo el mundo.

La clasificación de las drogas se determinó después de tres décadas de campaña contra las sustancias encabezada por Estados Unidos desde los años '30 y liderada por Harry Anslinger desde la Oficina Federal de Narcóticos del Departamento del Tesoro norteamericano. Así se culminó la prohibición total de los desarrollos científicos sobre los psicodélicos que, en la actualidad, están volviendo a la escena medicinal gracias al descubrimiento de su potencial terapéutico para trastornos de la salud mental, como depresión y estrés postraumático, entre otras.

A partir de los '70, el entonces presidente norteamericano Richard Nixon inició la llamada Guerra contra las Drogas dentro de las fronteras de Estados Unidos y que, en la década siguiente, su sucesor Ronald Reagan extendería hacia todo el mundo como una doctrina punitivista para contener el avance de los movimientos de izquierda. Este es el motivo principal por el cual la OMS continúa rechazando la desclasificación de la hoja de coca de la Lista I sobre Estupefacientes, ya que hasta el día de hoy se sigue la línea prohibicionista para combatir el narcotráfico.

Entre las sustancias de relevancia que lograron desclasificarse solamente se encuentra el cannabis. En 2020, se aprobó que los derivados de la planta salgan de la Lista IV, la cual determina un conjunto de sustancias con "alto potencial de abuso y escaso valor terapéutico". Si bien esta decisión aceptó el uso médico de la marihuana, aún continúa formando la Lista I de la Convención Única sobre Estupefacientes de Naciones Unidas del año 1961.