Lula da Silva, en el funeral de Francisco: "Quiera Dios que el próximo Papa sea como él"

El presidente de Brasil estuvo presente en la histórica ceremonia del último adiós a Francisco y pidió que su sucesor cuente con "el mismo compromiso religioso y por el combate a la desigualdad".

El presidente de Brasil, Lula da Silva, estuvo presente en el histórico funeral para despedir al papa Francisco en el Vaticano y expuso su deseo de que el nuevo pontífice cuente con "el mismo compromiso religioso y el mismo compromiso por el combate a la desigualdad".

Luego de asistir al funeral del líder de la Iglesia católica en el Vaticano, Lula da Silva elogió al pontífice y pidió: "Quiera Dios que el próximo papa sea igual a él, con el mismo compromiso religioso, con el mismo compromiso por el combate a la desigualdad del papa Francisco".

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En tanto, por otro lado, se refirió a la reunión que mantuvieron los mandatarios de Estados Unidos y Ucrania, Donald Trump y Volodimir Zelenskirespectivamente en la previa de la ceremonia, en el marco de la guerra entre el país ucraniano y Rusia: "Lo importante es conversar para encontrar una salida a esta guerra que está quedando sin explicación, que nadie consigue explicar".

Lula da Silva formó parte de la ceremonia de sepultura del papa Francisco junto a más de 150 que llegaron de todas partes del mundo, incluidos líderes políticos y jefes de Estado, como el presidente argentino Javier Milei, el estadounidense Donald Trump, el francés Emmanuel Macron, el rey Felipe VI y la reina Letizia de España.

El histórico funeral del papa Francisco

El funeral para despedir al papa Francisco, quien el lunes falleció a los 88 años, comenzó este sábado a las 10 (hora de Roma, 5 de la madrugada de Buenos Aires) y terminó alrededor de las 13 (las 8 en Argentina), cuando el cortejo fúnebre llegó a la Basílica de Santa María la Mayor.

Se trató de una ceremonia solemne y llena de símbolos, aunque con algunos cambios y elementos simplificados por pedido del propio Jorge Bergoglio en vida. La asistencia fue multitudinaria. Más de 150 delegaciones llegaron de todas partes del mundo, incluidos líderes políticos y jefes de Estado, como el presidente argentino Javier Milei, el estadounidense Donald Trump, el brasileño Lula Da Silva, el francés Emmanuel Macron, el rey Felipe VI y la reina Letizia de España.

Si bien es difícil calcular la cantidad de gente que asistió a la Plaza San Pedro para despedir al Santo Padre, el Vaticano estimó que hubo "más de un cuarto de millón de personas". De momento, todos los vuelos a Roma y hospedajes en la capital italiana están agotados.

Entre los cambios que dispuso Francisco figuró el pedido de que el féretro fuera colocado al ras del suelo, en un claro gesto de humildad y austeridad, además la eliminación del catafalco y de los tradicionales tres ataúdes de ciprés, plomo y roble. Durante la oración de liturgia, se usó solo la denominación de "papa Francisco" para referirse al Santo Padre.

La liturgia exequial fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. El féretro, ya cerrado, fue llevado por los "sediarios" desde el interior de la basílica a la Plaza de San Pedro. Ahí lo ubicaron en el centro del "sagrado" con el Evangelio sobre el ataúd, que será rociado con agua bendita e incensado al final del rito.

Una vez concluida la ceremonia, el cuerpo de Francisco fue trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, su destino definitivo. Fue sepultado en tierra y su tumba llevará únicamente la inscripción en latín: "Franciscus".

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