El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, advirtió este domingo sobre la posible reimposición de aranceles a productos chinos si Beijing reactiva el bloqueo a las exportaciones de tierras raras. Este recurso es esencial para las industrias tecnológica y militar global, y China controla casi la totalidad de su procesamiento industrial.
La advertencia se produce pocos días después de que, tras una cumbre entre el presidente Donald Trump y su homólogo Xi Jinping en Corea del Sur, China anunciara la suspensión por al menos doce meses de nuevas restricciones a la exportación de estos minerales. Sin embargo, Bessent señaló que China ha demostrado ser un "socio poco fiable" en el pasado y subrayó que la Administración Trump está lista para emplear “máxima presión” si se incumple el acuerdo.
El funcionario del Tesoro lamentó que otras administraciones estadounidenses subestimaran el problema, permitiendo el dominio chino en el sector. Bessent aseguró que el Gobierno actual avanzará "a toda velocidad" durante los próximos años para reducir la dependencia de Estados Unidos y liberar al mundo de esta "espada que los chinos tienen colgando" sobre las cadenas de suministro.
Como parte del acuerdo alcanzado en la cumbre bilateral, Washington anunció una reducción del 10% en los aranceles aplicados a ciertas importaciones chinas. No obstante, el Gobierno de Trump dejó claro que esta concesión está directamente condicionada a que Beijing cumpla íntegramente las medidas pactadas, especialmente aquellas relativas a los suministros estratégicos de tierras raras.
El pacto bilateral también incluye compromisos por parte de Beijing para adoptar "acciones concretas" en el combate contra el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. La Administración de Control de Drogas (DEA) identifica a China como la principal fuente de este potente opioide, cuya epidemia ha provocado decenas de miles de muertes en el país norteamericano.
Finalmente, Bessent insistió en que la Casa Blanca no busca un "decoupling" (ruptura total) con China, sino que considera imprescindible "de-risk" (reducir riesgos) y promover una mayor independencia industrial y tecnológica.