Las claves para descubrir el secreto de la longevidad han surgido exponencialmente en los últimos años. De este modo, poco a poco nos estamos acercando al método idóneo que nos puede devolver años de vida con gran calidad. Estos avances, comprobados científicamente por grandes expertos, han ayudado a la salud de millones de personas que siguen sus indicaciones.
Uno de los médicos más reconocidos en este campo es el Dr. Frank B. Hu, que ejerce también como profesor de nutrición y epidemiología en la Universidad de Harvard. Sus investigaciones se han centrado en la prevención de enfermedades a través de la dieta y el estilo de vida, así como en las interacciones entre genes y medio ambiente, la metabólica nutricional y las transiciones nutricionales en países de ingresos bajos y medios.
Sus estudios han supuesto un gran desarrollo en la epidemiología nutricional y genética, al igual que su método para identificar los patrones alimentarios que puedan generar un mayor poder protector para el metabolismo. De esta manera, sus trabajos pueden ser la clave para sostener una longevidad, gracias a sus consejos sencillos de alimentación. Te contamos más detalles a continuación sobre los consejos de este profesional para saber cómo hacer para vivir más años.
Qué alimentos son los que te pueden hacer vivir más años según Harvard
Los cuatro consejos del Dr. Frank B. Hu:
El Dr. Frank B. Hu asume que la longevidad “está influenciada por muchos factores”. No obstante, cada año presenta una nueva dieta basada en las actualizaciones de sus investigaciones. Así, este 2024 ha presentado cuatro formas sencillas de comer para alargar la esperanza de vida. Porque como asegura: “La dieta es uno de los factores más importantes que pueden incidir en el riesgo de enfermedades crónicas, la mortalidad y la longevidad”.
En primer lugar, recomienda comer más alimentos integrales y “mínimamente procesados, especialmente los alimentos vegetales”. Hu determina que una dieta similar a la mediterránea o, que contenga alimentos como frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos y legumbres, o la dieta de Okinawa, son las que mejor afectan al organismo.
Esto se debe a los estudios que demuestran la reducción del riesgo de padecer “enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y también el riesgo de demencia”. Y es que, al ser estas las principales “causas de muerte”, se considera que esos patrones alimentarios saludables reducen el riesgo de muerte prematura y conducen a una mayor expectativa de vida.
El segundo factor clave es la disminución de alimentos procesados y ultraprocesados, unos productos que determinan el 60% de las calorías que se consumen en la dieta estadounidense. Este tipo de alimentación incluye el consumo diario de refrescos, snacks y dulces, por lo que es una de las razones por las que los estadounidenses consumen demasiados alimentos poco saludables y demasiadas calorías.
Esta dinámica ha sido estudiada en los resultados de salud de más de 11.000 adultos, durante 19 años, según la CNBC. En ellos se descubrió que aquellos con tendencia a comer más alimentos de este tipo, tenían una probabilidad del 31% de mortalidad temprana, con respecto a los usuarios que consumen menos productos ultraprocesados. “Por eso creo que es muy importante minimizar el consumo de esos alimentos”, añade Hu.
Por otro lado, el doctor también insiste en que no existe una dieta estricta que todo el mundo deba seguir para vivir más tiempo y de forma más saludable. Sin embargo, hay distintos patrones alimentarios con los que cada uno puede crear su propia dieta de fusión. Por lo que sugiere que cada individuo identifique los alimentos integrales que le gustan para crear su propia dieta saludable. Así, dice que también es fundamental ser más flexible y disfrutar de una dieta saludable.
Para el final, el Dr. Frank B. añade que el estilo de vida, como la actividad física o el manejo del estrés, son otros factores sumamente importantes relacionados con la longevidad. Pero, el componente que señala como crucial son las conexiones sociales. De esta manera, establece que es imprescindible usar el tiempo de la comida para socializar, pues es lo “natural”. Así, determina que: “Comer alimentos saludables juntos no solo nutre nuestro cuerpo, sino también nuestra alma”.
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