Tuvo una construcción accidentada, tiene a un prócer argentino y es parada obligatoria cuando vas a Buenos Aires: qué edificio es

A lo largo de los siglos fue escenario de derrumbes, reconstrucciones y reformas que explican su singular apariencia, muy distinta a la de otros templos de la región.

  • La Catedral Metropolitana está ubicada frente a Plaza de Mayo y es la sede principal de la Iglesia Católica en Argentina.
  • El edificio actual es la sexta construcción levantada en el lugar desde 1593. Su estilo neoclásico y su fachada con 12 columnas la diferencian de otras catedrales.
  • Alberga el mausoleo del general José de San Martín y numerosas obras artísticas de valor histórico.
  • Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1942 y mantiene un fuerte vínculo con el papa Francisco.

La Ciudad de Buenos Aires alberga uno de sus edificios más emblemáticos, tanto por su valor arquitectónico como por su peso histórico. Se trata de la Catedral Metropolitana, un ícono ubicado frente a la Plaza de Mayo que recibe a miles de visitantes cada año y se convirtió en una parada obligatoria de Turismo para quienes recorren el casco histórico porteño.

Su fisonomía actual es el resultado de un proceso largo y complejo, marcado por una construcción accidentada que atravesó distintos momentos y estilos. Además de su relevancia religiosa, la Catedral alberga un sitio de profundo valor simbólico para la historia argentina: en su interior descansan los restos de un prócer nacional, lo que refuerza su condición de espacio patrimonial y cultural.

Cuál es la historia de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires

Catedral Metropolitana de Buenos Aires

Frente a la Plaza de Mayo, en la esquina de la calle San Martín y la avenida Rivadavia, se alza la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, sede principal de la Iglesia Católica en la Argentina.

El edificio que se conoce hoy es el resultado de un largo proceso histórico: se trata de la sexta construcción levantada en ese mismo emplazamiento desde la segunda fundación de Buenos Aires. La primera, erigida en 1593, fue una modesta capilla de adobe, y con el paso del tiempo las sucesivas edificaciones debieron ser reemplazadas por daños causados por inundaciones, incendios, materiales precarios y fallas estructurales.

La obra definitiva comenzó en 1752, bajo la dirección del arquitecto italiano Antonio Masella, y se extendió durante un siglo, ya que la construcción concluyó en 1852 y su ornamentación recién se completó en 1911. El resultado fue un edificio de estilo neoclásico, con una apariencia poco habitual para una catedral: su fachada recuerda más a un templo griego que a una iglesia tradicional. En 1822, los arquitectos franceses Próspero Catelin y Pedro Benoit diseñaron el frente, cuyas doce columnas representan a los apóstoles.

En su interior, la Catedral cuenta con naves, capillas laterales y un crucero coronado por una imponente cúpula de 41 metros de altura. La fachada se completa con un bajorrelieve realizado en 1860 por el escultor francés Joseph Dubourdieu, que representa el encuentro bíblico entre Jacob y su hijo José en Egipto. Otro punto central es el mausoleo del general José de San Martín, incorporado en 1877 tras la reforma de una nave lateral a cargo del arquitecto Enrique Alberg, con una escultura del francés Albert Ernest Carrier-Belleuse.

El conjunto artístico se completa con las catorce estaciones del Vía Crucis, pintadas por el italiano Francesco Domenighini, y con el altar mayor, de grandes dimensiones y dorado, que domina el centro del templo. En 1942, la Catedral Metropolitana fue declarada Monumento Histórico Nacional y es considerada una de las obras arquitectónicas más relevantes del período colonial argentino.

Además de su función religiosa, la Catedral cumple un rol simbólico vinculado al papa Francisco, ya que Jorge Bergoglio fue arzobispo de Buenos Aires entre 1998 y 2013. Por ese motivo, el edificio también funciona como un espacio de homenaje a su trayectoria al frente de la Arquidiócesis porteña, antes de su elección como Sumo Pontífice. Allí, se encuentran objetos personales y litúrgicos que utilizó el Papa Francisco durante los 15 años de su ministerio pastoral en la Ciudad.

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