En la vía pública, encontrarse con un enjambre de abejas puede generar sorpresa y cierto nivel de alarma. Este fenómeno, que a veces ocurre de manera inesperada, despierta dudas sobre cómo actuar sin exponerse a riesgos. Más allá del miedo inicial, surge la preocupación sobre qué medidas tomar para protegerse y evitar incidentes.
La presencia de un enjambre plantea un dilema: cómo equilibrar la seguridad propia con la convivencia con estos insectos que cumplen un rol importante en el ecosistema. La incertidumbre sobre la conducta correcta ante este tipo de situaciones hace que muchas personas busquen orientación inmediata.
El Programa de Sanidad Apícola del Senasa explicó que, cuando un enjambre abandona la colmena, generalmente se instala de manera temporal en algún lugar, permaneciendo allí desde 48 hasta 72 horas.
Durante la enjambrazón, parte de las abejas se alejan de la colmena original con el buche lleno de miel, por lo que suelen tener un carácter manso y no representan un peligro real para personas o mascotas.
Recomendaciones al encontrar un enjambre:
Aunque los enjambres son mansos, no acercarse ni intentar espantarlas. Contactar al Programa de Sanidad Apícola del Senasa para que proporcionen apicultores rescatistas, escribiendo a [email protected].
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Contactar a las administraciones apícolas provinciales.
Algunas provincias y municipios cuentan con registros de apicultores rescatistas, organizados en áreas urbanas y suburbanas.
Los municipios pueden estar en contacto con asociaciones de productores apicultores para indicar a los vecinos a quién llamar.
Contactar a asociaciones, apicultores o grupos de apicultores para que realicen el rescate de forma segura.