Hidratarse es muy importante para la salud y, entre las opciones para hacerlo, elegir entre agua con o sin gas puede llevar a la confusión de creer que tienen el mismo impacto para el organismo. Si bien ambas opciones hidratan, tienen diferencias que pueden influir en la salud dental, digestiva y general. Aunque las bebidas sin azúcar y con burbujas resultan atractivas para muchas personas, conviene prestar atención a su consumo.
El agua con gas puede ser una aliada para quienes no disfrutan del agua natural, ya que su efervescencia mejora la experiencia al beber. Pese a eso, su acidez y ciertos ingredientes añadidos podrían afectar los dientes si se la consume en exceso o sin ciertos cuidados. A pesar de eso, sigue siendo mejor elección que los jugos azucarados o las gaseosas tradicionales.
Tomar con moderación, acompañarla con las comidas o usar sorbete puede reducir su impacto en el esmalte dental. Por eso, si bien es una opción válida dentro de una dieta equilibrada, conviene conocer sus ventajas y desventajas frente al agua sin gas.
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Qué es mejor para la salud: tomar agua con gas o sin gas
Desde el punto de vista de la hidratación, ambas versiones cumplen con su función. El agua con gas, tanto naturalmente efervescente o artificialmente carbonatada, es igual de eficaz que el agua sin gas para mantener el cuerpo hidratado. Pero el agua de la canilla tiene un valor agregado: el flúor. En países donde se adiciona este mineral, como ocurre en muchas zonas urbanas, ayuda a prevenir caries dentales, lo que representa una ventaja importante sobre el agua con gas embotellada.
Otro aspecto a considerar es la acidez. Al contener dióxido de carbono, el agua con gas forma ácido carbónico al contacto con la saliva, lo que baja el pH bucal. Aunque no es tan corrosiva como una gaseosa o un jugo industrial, su consumo frecuente podría contribuir al desgaste del esmalte dental. Esto se intensifica si la bebida tiene sabores agregados con ácido cítrico u otros componentes ácidos.
Para minimizar estos efectos, se recomienda tomarla junto a las comidas. Esto provoca que la producción de saliva aumente y proteja los dientes. También es preferible evitar sorbos prolongados y usar sorbete para reducir el contacto con los dientes. En caso de que se tome sola, es útil cepillarse los dientes con dentífrico fluorado después, esperando al menos 30 minutos tras la ingesta para no dañar el esmalte.
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Soda: una de las bebidas que más se consume en Argentin.
Las personas con sensibilidad digestiva también deberían prestar atención. La carbonatación puede provocar hinchazón, gases o incluso intensificar síntomas de reflujo ácido. Este efecto “llenador” también puede reducir el hambre, algo a tener en cuenta si se la consume en momentos previos a las comidas.
Teniendo en cuenta estos efectos, si bien el agua con gas puede formar parte de una rutina saludable, es preferible que el grueso de la hidratación diaria provenga del agua sin gas, especialmente si proviene del grifo y contiene flúor.
