Los mejores 2 bodegones de Buenos Aires para comer brownie con helado

Dos espacios emblemáticos de la Ciudad se convirtieron en referencia por su propuesta culinaria, tradición y un postre irresistible que combina lo mejor del chocolate y el frío.

Con la tradición de los bodegones de la Ciudad de Buenos Aires aún vigente, algunos locales lograron destacarse no solo por sus platos abundantes y precios accesibles, sino también por una especialidad que cautiva a generaciones: el brownie con helado. Este postre, que combina texturas y temperaturas, se transformó en uno de los preferidos para coronar largas sobremesas.

Entre las opciones más destacadas aparecen El Favorito Bodegón, en Munro, y El Viejo Bodegón, en la zona oeste de la Ciudad de Buenos Aires. Ambos espacios rescatan la identidad de los bares tradicionales con un giro propio, manteniendo un menú que combina lo clásico con toques de innovación.

La elección de estos lugares no solo responde a la calidad de su cocina, sino también al valor histórico y cultural que representan. Tanto por su ambientación como por su propuesta gastronómica, se convirtieron en referentes de la mesa argentina, capaces de reunir a familias, amigos y visitantes en torno a la buena comida y los postres inolvidables.

El Favorito Bodegón
El Favorito Bodegón recuperó sus clásicos de antaño y sumó un postre insignia que es furor en redes sociales.

El Favorito Bodegón recuperó sus clásicos de antaño y sumó un postre insignia que es furor en redes sociales.

El Favorito Bodegón

Con casi un siglo de historia, este clásico de Munro se consolidó como uno de los puntos de encuentro más queridos del partido de Vicente López. Tras una restauración que respetó la esencia original, con objetos donados por vecinos, recuperó su mística sin resignar modernidad.

Su carta se apoya en las tradicionales picadas, disponibles en distintos tamaños y con opciones frías y calientes. Entre ellas resaltan la lengua a la vinagreta, los buñuelos de espinaca y ricota, la tortilla y las albóndigas con salsa fileto. También se pueden pedir tablas de quesos y fiambres, además de platos fuertes como la milanesa El Favorito, servida con huevo frito, morrón asado y un distintivo chimichurri de menta.

El menú se completa con carnes, ensaladas y pastas, pero uno de sus atractivos más celebrados aparece al final: el brownie con helado, que en sus redes sociales ya se transformó en insignia. El contraste entre lo crocante y lo cremoso convirtió a este postre en uno de los más buscados por quienes visitan el local.

Ubicado en Armenia 2562, a pocas cuadras de la estación Munro del Ferrocarril Mitre, abre desde temprano en la mañana hasta la madrugada, con horario extendido los fines de semana.

El Viejo Bodegón

En la esquina de Avenida Gaona y Segurola, entre Villa Luro y Floresta, se levanta un espacio que combina historia, abundancia y un ambiente descontracturado. Con barriles de vino en cada rincón y un salón de juegos para familias, este bodegón se ganó su lugar entre los preferidos del oeste porteño.

Malcriado - Brownie con helado (1).jpg

La carta es extensa y variada. Entre las entradas destacan las rabas, la provoleta y el vittel toné, mientras que entre los principales brillan la lasagna rellena gigante, los ravioles negros de salmón rosado a la crema de camarones y el imponente bife especial napolitano, tan tierno que los mozos aseguran poder cortarlo con cuchara.

Sin embargo, la experiencia no estaría completa sin el brownie con helado, uno de los postres más solicitados. Aunque su propuesta dulce incluye clásicos como flan, panqueques y peras al malbec, el contraste entre el bizcocho de chocolate tibio y el frío del helado se lleva todos los aplausos en las sobremesas familiares.

El Viejo Bodegón
El Viejo Bodegón ofrece una carta extensa, platos abundantes y un ambiente familiar en pleno oeste de la Ciudad.

El Viejo Bodegón ofrece una carta extensa, platos abundantes y un ambiente familiar en pleno oeste de la Ciudad.

Los fines de semana suele llenarse, por lo que se recomienda realizar reservas. Con más de una década de trayectoria, sigue siendo uno de los destinos infaltables para quienes buscan revivir el espíritu de los bodegones tradicionales.