En la actualidad cada vez son más personas quienes incorporan unos buenos huevos revueltos para empezar el día con energía y los nutrientes necesarios para llevar una alimentación sana. Se recomiendan también para tener vitalidad durante todo el transcurso del día.
Los huevos revueltos forman parte de los desayunos más comunes, se denominan continentales y se suelen acompañar con tostadas, bacón, queso crema y palta. Sin embargo, aunque parezca fácil hacerlos no siempre es así, ya que pueden quedar poco hechos o pasados, pegarse en la sartén, quemarse por completo o que no lleguen a la consistencia deseada, por lo cual es sumamente importante hacerlos delicadamente y tener en cuenta cada consejo.
Cómo hacer el huevo revuelto suave y esponjoso
Las principales dudas suelen ser si se debe batir el huevo antes de cocinarlos o si es la intensidad con la que se hace. También se echa la culpa a la sartén si no es tan antiadherente. Pero la realidad no es nada de eso.
Para lograr unos huevos suaves y esponjosos hay que utilizar un método poco ortodoxo, que hace que los huevos tengan mejor textura y mejor sabor. El truco reside en el agua, o mejor dicho, agua congelada que hace que los huevos queden perfectos y deliciosos.
De esta forma, cada vez que se van a realizar, hay que añadir a los huevos unas gotas de agua congelada. Con ello se logra que la textura del huevo mientras se remueve no se rompa del todo y así que el resultado sea un huevo más esponjoso y por ende, más sabroso.
El truco resulta bastante inusual, fácil y sorprendente, pero el resultado dará unos huevos revueltos más esponjosos, sabrosos y perfectos a los cuales nadie se resistirá.