Hay diversos tipos de croquetas. De carne, pollo, jamón y queso y cualquier relleno que se nos ocurra, dependiendo el gusto de cada uno. Es un bocado que no falta en los bares y restaurantes y es ideal tanto para una entrada como para una picada. Sin embargo, elaborarlas en casa puede resultar un tanto complicado, sobre todo en lo que respecta a su textura.
El punto ideal de las croquetas se encuentra en que sean crujientes por fuera y líquidas por dentro, aunque lograrlo no es muy sencillo. Si el interior está muy líquido, lo habitual es que apenas se pueda manipular la croqueta mientras se empana y fríe, aumentando las posibilidades de que se rompa. Afortunadamente, existe un truco que ponen en práctica los restaurantes y que ayuda a conseguir un equilibrio de texturas.
Cómo hacer las croquetas crocantes por fuera y líquidas por dentro
Hay un truco para que las croquetas queden líquidas por dentro y crujientes por fuera que no todos conocen. Este método es tan simple como añadir dos hojas de gelatina neutra hidratadas a la bechamel del relleno.
El truco ayuda a que la mezcla adquiera una consistencia firme y gelatinosa, lo que facilita la manipulación de las croquetas. De este modo, se pueden empanar y freír sin problemas, logrando que queden líquidas en su interior y crujientes por fuera.
Al utilizar gelatina neutra, las croquetas se mantienen estables durante el proceso de cocción, evitando que se rompan. Esto garantiza que las croquetas tengan la textura perfecta, permitiendo que se disfruten con el equilibrio ideal entre una corteza crujiente y un interior suave y líquido.
Ingredientes
- Manteca
- Harina de trigo
- 250ml Leche
- Sal
- Pimienta
- Nuez Moscada
- Relleno a elección, en este ejemplo jamón y queso
- Hojas de gelatina
- Huevo
- Pan rallado
Procedimiento
Primero se debe empezar por la bechamel poniendo en una olla a fuego medio una cucharada de manteca para que, cuando se derrita, agregar una cucharada de harina de trigo. Se debe dejar que se tueste un par de minutos y añadir 250 ml de leche caliente, que se debe integrar con lo anterior. Luego echar la sal, la pimienta y la nuez moscada para integrar muy bien todos los ingredientes.
El siguiente paso consiste en añadir el ingrediente principal de las croquetas, como los clásicos trozos de jamón picado y queso. Al incorporarlos, se debe mezclar todo bien y se deja cocinar, asegurándose de moverlos continuamente, hasta que tarde unos 2-3 segundos en volver a unirse.
Luego se debe aplicar el mencionado truco, mezclando la bechamel con las dos hojas de gelatina previamente hidratada, consiguiendo de esta forma que las croquetas estén líquidas, pero se puedan manipular sin problema.
A continuación, hay que pasar la mezcla a un recipiente, que se cubrirá con plástico film y se llevará a la heladera para que se solidifique. Cuando lo haya hecho, se deberá desmoldar la mezcla, despegándola con ayuda de una espátula y colocando el recipiente boca abajo para que pueda caer sobre una bandeja.
Así se podrá apreciar el efecto de la gelatina, que hará que la mezcla tenga una consistencia uniforme que permite que se pueda incluso cortar con el cuchillo del tamaño deseado para elaborar las croquetas.
Una vez cortadas, se pueden empanar como cada uno prefiera, siendo una opción la de pasarlas por huevo batido y pan rallado, con un doble rebozado para que queden muy crujientes por fuera y líquidas en el interior. Una vez empanadas, se deben freír a fuego muy fuerte durante unos pocos segundos, para evitar que se pueda salir el relleno y listo.