Altos del Arapey: el only inclusive con aguas termales, a seis horas de Buenos Aires y que es elegido por los argentinos

Un paraíso termal se encuentra a solo seis horas en auto desde Ciudad de Buenos Aires y es uno de los destinos elegidos por los argentinos. Su ubicación es en el departamento de Salto, una distancia lo suficientemente lejos como para desconectarse del ritmo agitado de la ciudad. Altos del Arapey se posiciona como uno de los destinos más elegidos por las familias argentinas que buscan descanso, naturaleza y servicio de primer nivel, sin salir del circuito regional.

Este resort termal y spa, ubicado en el corazón del norte uruguayo, ofrece una experiencia only inclusive, que se diferencia de los demás all inclusive que uno haya conocido porque tiene como base una filosofía de hospitalidad integral. La lógica no solo es la desconexión del estrés diario, sino el autocuidado y el descanso.

Altos de Arapey, no solo es un hotel, es un gran lugar pensado especialmente para quienes viajan en familia, en pareja o grupos de amigos. También, es una muy buena alternativa para viajes corporativos y grupos de trabajos que buscan la conexión en su equipo.

Con un 60% de su turismo proveniente de Argentina, especialmente de Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos, Altos del Arapey ya es un clásico entre quienes buscan confort y relax con buena relación precio-calidad.

Entre sus ofertas se encuentra: cabalgata, viajes en bicicleta, spa integral, actividades para niños y niñas, clases de golf y se puede visitar una de las bodegas que se encuentra cercana al hotel.

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Su diseño arquitectónico, obra del arquitecto, Miguel Bono, jerarquiza la integración del complejo a la naturaleza que lo rodea, para aprovechar en su totalidad las bondades de un destino que cuenta con uno de los mejores resorts termales de la región.

Con 156 habitaciones -entre ellas 20 suites- distribuidas en cinco módulos, sobresale su diseño elegante, sus amplias dimensiones y su gran luminosidad. Un detalle que marca la diferencia con los demás hoteles: el agua caliente es termal.

Un refugio familiar con aguas termales propias

Desde su apertura en 2013, el hotel perfeccionó su propuesta en torno a uno de sus tesoros naturales: un pozo termal exclusivo de 955 metros de profundidad que abastece sus piscinas y su spa. Con aguas que emergen a casi 40 grados, Altos del Arapey garantiza un baño termal de calidad premium en cualquier época del año.

El diseño del hotel, amplio, abierto e integrado al paisaje, apuesta por una arquitectura elegante, fluida y transparente. Cada habitación cuenta con balcones que miran al campo de golf o a las piscinas, invitando al descanso visual desde el primer día.

Para las familias que quieran pasar sus vacaciones allí, el hotel ofrece actividades diarias tanto para adultos como gimnasia, tarde de juegos de mesa, cabalgatas, tiro con arco y demás; la particularidad de Arapey es que también ofrece una agenda para los más chiquitos. Los niños y niñas tiene su propia agenda llena de actividades.

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Gastronomía, actividades y desconexión real a seis horas de Buenos Aires

El buffet libre es otro de los puntos fuertes del hotel: estaciones de cocina en vivo, una amplia variedad de platos y opciones pensadas para todos los gustos —incluidos los más chicos—. Las actividades recreativas para niños y adultos, los espacios de juego, el spa, el club de golf de 18 hoyos y la ambientación rodeada de naturaleza completan una propuesta donde el tiempo parece estirarse.

En estos 10 años, Altos del Arapey se convirtió en un nuevo favorito para eventos corporativos y celebraciones. Con capacidad para más de 300 comensales, salas equipadas para conferencias, reuniones y presentaciones, es ideal para viajes de incentivo, lanzamientos o team buildings que combinan trabajo y placer.

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Una pausa real, cerca pero lejos

Altos del Arapey es eso que muchos buscan y pocos encuentran: un respiro genuino, inmerso en la tranquilidad del paisaje uruguayo, pero con servicios que compiten con los grandes resorts del continente. Y todo, a solo seis horas de Buenos Aires. Para muchos argentinos, se ha vuelto más que una escapada: es el lugar donde se repite cada año esa pausa merecida.