Son muchos los futbolistas que siguen entrenando después de poner fin a su carrera profesional, e incluso hay quienes incursionan en nuevos deportes, pero pocos logran un cambio físico tan impresionante como el de un exjugador alemán que terminó dedicándose a la lucha libre.
Se trata de Tim Wiese, quien brilló como arquero en la Bundesliga y en la Selección de Alemania entre los años 2000 y 2014. Después de colgar los botines por una serie de lesiones, decidió enfocarse en el gimnasio y el fisicoculturismo, lo que le llevó a ganar 40 kilos de masa muscular.
En noviembre de 2014 recibió una oferta oficial de la productora World Wrestling Entertainment (WWE) para participar en un evento de lucha libre que se realizó en Frankfurt. En junio de 2016 se confirmó su contratación y pasó a entrenar en el Performance Center, la escuela de formación deportiva de la WWE.
Tim Wiese WWE
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"¡Esto es la Liga de Campeones! WWE son los que lo hacen mejor en el catch. Es por lo que estoy absolutamente concentrado y preparado en el túnel. En el fútbol sólo hay pequeños chicos simpáticos, bien vestidos por los clubes y que no pueden decir lo que quieren", aseguró Wiese en ese momento.
La carrera de Tim Wiese
Tim Wiese nació en la ciudad alemana de Bergisch Gladbach el 17 de diciembre de 1981. Desarrolló toda su carrera como arquero en Alemania, mayormente en la Bundesliga. Se formó en las ligas juveniles del Bayer Leverkusen antes de llegar al Fortuna Colonia, donde debutó en el primer equipo en el año 2000.
También jugó en el Kaiserslautern, el Werder Bremen (donde ganó una Copa de la Liga, una Copa de Alemania y una Supercopa de Alemania) y el 1899 Hoffenheim. Su gran desempeño hizo que fuera convocado a la Selección alemana, con la que disputó el Mundial de Sudáfrica 2010 y la Eurocopa de 2012.
Tras una serie de lesiones en los ligamentos de la rodilla, se retiró del fútbol profesional en 2014. El propio Wiese reconoció que había recibido una oferta del Real Madrid, pero prefirió quedarse en Alemania para acompañar a su madre, ya que su padre acababa de fallecer. "No soy un soñador, sino un realista, y asumo que mis mejores años han quedado atrás", aseguró a Bild.