La Selección argentina debutó con una polémica derrota 2 a 1 ante Marruecos, en un encuentro que despertó el enojo de ambos equipos y que terminó sin la presencia de las hinchas que dejó expuesta el malestar del entrenador Javier Mascherano.
Ya sin hinchas en las tribunas, ambos equipos volvieron a jugar unos minutos restantes y luego que el árbitro finalmente anule el gol de Cristian Medina, el entrenador argentino no ocultó su malestar.
La Selección argentina debutó con una polémica derrota 2 a 1 ante Marruecos, en un encuentro que despertó el enojo de ambos equipos y que terminó sin la presencia de las hinchas que dejó expuesta el malestar del entrenador Javier Mascherano.
El conjunto argentino había logrado empatar con Marruecos 2 a 2 por el primer partido del Grupo B, con un agónico gol de Cristian Medina en la última jugada del partido cuando ya promediaba los 106 minutos luego que el árbitro sueco adicionara 15 minutos más.
Tras el empate, los hinchas agredieron a los jugadores del Albicelestes y Glenn Nyberg decidió suspender el choque y casi dos horas después se decidió reanudar ya sin presencia de ambas parcialidades en las tribunas.
En ese contexto, primero anuló el tanto del jugador de Boca y con el regreso de ambos equipos en el campo de juego, continuó con tres minutos más en Saint-Etienne. En el afán de lograr el empate, Argentina inclinó la cancha, pero, aún, así no logró quebrantar el arco de El Kajoui.
En el lapso de tiempo se pudo escuchar el exabrupto del técnico argentino donde se lo puede escuchar en la trasmisión oficial quejarse: “Es el circo más grande que vi en mi vida”.
Casi dos horas después de que diera comienzo el Argentina - Marruecos por el Grupo B de los Juegos Olímpicos de París 2024, una vergonzosa decisión arbitral determinó que el gol de Cristian Medina que determinó el empate estaba fuera de juego.
Después del 2-2, hinchas marroquíes invadieron el campo de juego, a la vez que lanzaron botellazos y bombas de estruendos a los jugadores argentinos; lo que provocó la suspensión del encuentro.
En medio de un contexto de suma incertidumbre, corría el rumor de que desde la organización querían reanudar el partido y revisar si la jugada del empate argentino era válida: a partir de una bochornosa decisión, los equipos volvieron a la cancha a precalentar y se dispusieron a jugar tres minutos.
El árbitro sueco Glenn Nyberg dio la orden de reanudación del encuentro y se dirigió a la cabina del VAR. Allí le habían señalado un offside de Bruno Amione, y a pesar de que son jugadas que en realidad los árbitros no revisan, en esta ocasión decidieron hacerlo.