Lionel Messi, símbolo eterno del fútbol argentino, ha inspirado a generaciones de futbolistas que soñaron con seguir sus pasos. A lo largo de los años, varios jóvenes talentos fueron comparados con él, cargando desde temprano con una mochila pesada de expectativas.
Uno de los casos más resonantes fue el de Juan Manuel Iturbe. El delantero nacido en Quilmes fue apodado como el "Mini Messi" o el "Messi guaraní" por su explosiva velocidad, su zurda potente y sus destacadas actuaciones en juveniles. Sin embargo, con el tiempo, su carrera tomó un rumbo muy distinto al del ídolo rosarino, quedando como uno de los tantos talentos que no lograron sostener el brillo inicial.
El paso de Juan Iturbe por el fútbol
Juan Iturbe debutó profesionalmente en Cerro Porteño con apenas 16 años. Sus buenas actuaciones llamaron rápidamente la atención del fútbol europeo y fue fichado por el Porto. Sin embargo, con poco rodaje en el equipo portugués, fue cedido a préstamo a River, donde jugó solamente 10 partidos en dos temporadas y dejó más incógnitas que certezas.
Pese a ese paso fugaz, su nombre seguía sonando fuerte. En la Selección Argentina Sub-20 mostró chispazos de su talento y fue uno de los jugadores más destacados del Sudamericano 2012. Luego regresó al Viejo Continente y tuvo un buen rendimiento en Hellas Verona, lo que derivó en un millonario traspaso a la Roma por 22 millones de euros.
A partir de allí, su carrera entró en una constante irregularidad: sin afianzarse en el conjunto romano, pasó por Torino, Bournemouth, Pachuca, Tijuana, Gremio, Pumas y otros clubes, sin poder consolidarse en ninguno. Hoy, con 31 años, volvió a Cerro Porteño, el club donde empezó, con la ilusión de dejar una huella en la Copa Libertadores.
Las comparaciones con Messi, tan comunes como arriesgadas, terminaron siendo un peso difícil de llevar para Iturbe. Su historia es una más en la larga lista de promesas que no lograron explotar del todo, pero que dejaron retazos del talento que los puso en el centro de la escena.