Kojima lo hizo de nuevo: Death Stranding 2 y el arte de la reconexión

Hideo Kojima regresa con una secuela que no busca volver sobre sus pasos y nos invita a explorar la soledad, la tecnología y la emoción en una experiencia que entrelaza el cine con los videojuegos, como pocos se animaron a hacerlo.

Me resulta difícil hablar de un juego de Hideo Kojima porque recuerdo aún como si fuera ese mismo dia, cuando me acerque al videoclub en busqueda de algun juego, la verdad no tenia plata y mi desconocimiento por los títulos que se lanzaban me llevó a mirar una caja que decía “Metal Gear” un juego completamente en inglés y el que me obligó a agarrar un diccionario inglés español para poder terminarlo, ese fue mi primer contacto con un juego de Kojima. Y acá estamos, 27 años después jugando un nuevo título del gran Kojima y es por toda esta sensación emotiva que me cuesta analizar sus obras aunque voy a intentar ser lo más racional posible y contarles porque para mi “Death Stranding 2: On the Beach” puede ser uno de los grandes juegos del año.

Imagen 2 - Death Stranding 2.png

Antes de comenzar a contarles sobre su trama, temo desilusionar a muchos, pero es fundamental haber jugado su primera entrega ya que es una historia que continua con el relato de Sam, este repartidor que conectó un país, pero esta vez lo vemos alejado de todo, cuidando de Lou y tratando de llevar una vida más tranquila, lejos de las UCA. Pero la paz dura poco: Fragile aparece para arrastrarnos de nuevo a un mundo fragmentado, esta vez viajando a regiones como México o Australia, con la misión de volver a conectar al planeta a través de la red Kitar. Desde el vamos, la historia se siente más cinematográfica que nunca, con una carga emocional más directa y con temas que atraviesan lo personal y lo colectivo: la muerte, la conexión, la familia, la identidad y el reencuentro.

Imagen 3 - Death Stranding 2.png

Como en la primera entrega, Death Stranding 2 repite una consigna que estuvo en las líneas de todos los análisis “no es un juego para todo el mundo”. La base sigue siendo el transporte de cargas, el diseño de rutas, la construcción de infraestructura, pero ahora todo está más afinado. El nuevo dispositivo Cupido nos permite desbloquear tecnologías, vehículos y herramientas que expanden cómo nos movemos y cómo resolvemos las misiones. Además, hay una red de monorraíles que nos facilita el traslado entre regiones, y un sistema de progresión nuevo donde podemos personalizar las habilidades de Sam según nuestro estilo de juego: sigilo, combate o exploración. ¿Esto hace de la experiencia un juego más simple? Puede ser… pero la decisión de subirnos a un vehículo y pasar las montañas como un avión ya es una opción que el juego nos da por lo que vivir una experiencia más desafiante como sucedió en su primera entrega ya es una decisión 100% personal.

Imagen 4 - Death Stranding 2.png

Y si hablamos de combate, este sí es un punto que mejora muchísimo respecto al original. Ahora es más ágil, más intuitivo y variado. Las armas responden mejor, los enemigos presentan más desafío, y hasta hay secciones de sigilo que recuerdan muchísimo a Metal Gear V, que aunque no fue su mejor juego, su gameplay fue simplemente magnífico. Y a diferencia de su primera entrega en Death Stranding 2 no solo escaparemos de los EV, si no que los vamos a poder enfrentar, y sus jefes que se sienten épicos, algunos con mecánicas únicas como cambios de gravedad o alteraciones del entorno que los vuelven un gran desafío.

Imagen 5 - Death Stranding 2.png

El mundo, por su parte, se siente más orgánico. Hay ciclos de día y noche, climas que afectan nuestra estrategia, y regiones visualmente impresionantes. Desde cráteres hasta desiertos, cada zona se siente única y propone una forma diferente de avanzar. Todo esto se potencia con un apartado audiovisual que, sin exagerar, está entre lo mejor que vi en los últimos años que roza todo el tiempo el hiperrealismo. Las cinemáticas, la dirección de cámaras, los planos, el nivel de detalle, la música todo está pensado para hacerte sentir una experiencia totalmente inmersiva.

Y sí, a pesar de todo esto, es verdad que esta segunda entrega no sorprende tanto como la primera y esto no quiere decir que sea algo negativo. No tiene ese impacto rupturista que nos voló la cabeza en 2019, pero lo compensa con una experiencia con un ritmo más cuidado y con una historia que pasa por muchísimas situaciones alocadas como Kojima nos tiene acostumbrados, aunque finalmente logra emocionar y dejarte esa espina que da lugar a la refleccion.

Imagen 6 - Death Stranding 2.png

“Death Stranding 2” no es un juego para pasar el rato. Es un viaje largo, introspectivo, donde cada paso y cada acción que realices tendrá su propio peso narrativo. Si fuiste de los que disfrutó su primera entrega es casi obligatorio jugarlo, y para los que buscan una experiencia diferente,reflexiva y artística este es sin dudas un gran título. Ahora, no es un juego para todo el mundo pero si logras conectar con su propuesta, vas a vivir una historia que te va a acompañar por muchos años.

“Death Stranding 2: On the Beach” ya está disponible en PlayStation 5.

TEMAS RELACIONADOS