Lo que comenzó como una tos sin importancia terminó convirtiéndose en una historia de superación. Mike Yewdell, un joven de 27 años, convivió durante meses con síntomas que atribuía a un resfrío o a una infección leve, hasta que una consulta médica cambió el rumbo de su vida. Una tomografía permitió conocer un cuadro mucho más grave de lo que imaginaba. En las imágenes se observaron tres tumores alojados en su pecho y alrededor del esófago.
Los primeros signos consistieron en una tos persistente, picazón en los tobillos y episodios de sudoración nocturna. Como suele ocurrir en muchos casos, los subestimó y los trató con remedios caseros, sin sospechar que detrás se escondía una enfermedad oncológica. Fue recién cuando la falta de aire se volvió insoportable que decidió acudir a la guardia.
El diagnóstico llegó en julio de 2017 y dio a conocer que tenía un linfoma de Hodgkin voluminoso en etapa 2, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. Según los especialistas, esta enfermedad suele manifestarse con fiebre, fatiga extrema, pérdida de peso, sudores nocturnos y picazón intensa, síntomas que suelen confundirse con cuadros menores y retrasan la detección.
Qué le pasó al hombre que fue al médico por una tos y en la tomografía descubrió lo peor
El estudio médico mostró que Yewdell tenía tres masas: dos en el pecho y una que rodeaba el esófago, lo que complicaba su respiración y aumentaba los riesgos. “Fue una experiencia extraña, sabía que mi vida estaba a punto de cambiar”, relató en diálogo con Daily Mail.
El tratamiento fue extenso y exigente. Incluyó quimioterapia, radioterapia, un trasplante de células madre y la participación en un ensayo de inmunoterapia. Durante meses, permaneció aislado y atravesó un proceso de recuperación que lo puso al límite, pero que finalmente dio resultados, ya que en octubre de 2019, los médicos lo declararon libre de cáncer.
Superada la enfermedad, Mike decidió dar un giro a su vida. Fundó una empresa de suplementos nutricionales y lanzó campañas solidarias que recaudaron más de medio millón de dólares para financiar investigaciones sobre cáncer y tratamientos gratuitos para otros pacientes.
Hoy, con una nueva perspectiva, asegura que la experiencia lo hizo valorar cada día: “Aprendí a disfrutar más, a estar presente y a ser positivo en todo lo que hago”. Su historia, además de inspiradora, recuerda la importancia de no ignorar síntomas persistentes y acudir a tiempo al médico.