Por qué no hay que guardar los huevos en puerta de la heladera: pocos lo sabían

Guardar los huevos en la puerta de la heladera puede afectar su frescura y calidad. El mejor lugar es otro, aunque pocos lo tienen en cuenta.

Comprar huevos y ponerlos en la huevera de la puerta de la heladera es casi un reflejo automático. Parece práctico: abrís la heladera, los tenés a mano y ya está. Sin embargo, esa costumbre que se repite en muchos hogares no es la más adecuada si lo que se busca es conservarlos frescos por más tiempo.

El detalle pasa por algo que muchas veces se subestima: los cambios de temperatura. La puerta de la heladera es la parte que más se abre y se cierra a lo largo del día, y esa oscilación térmica afecta directamente a los alimentos que se guardan allí. En el caso de los huevos, ese “sube y baja” puede generar consecuencias inesperadas, incluso en su seguridad alimentaria.

HUEVOS EN LA HELADERA

Por qué no se recomienda guardar los huevos en la puerta de la heladera

La explicación es sencilla pero clave: los huevos necesitan una temperatura estable para mantenerse en buen estado. La puerta de la heladera, al ser la zona más expuesta, es todo lo contrario: cada apertura hace que el frío se pierda y que los productos sufran variaciones que terminan acelerando su deterioro.

Lo ideal es colocarlos en el interior del electrodoméstico, preferentemente en los estantes del medio o del fondo, donde la temperatura se mantiene más constante. Esa diferencia puede parecer mínima, pero hace que los huevos duren más y conserven mejor su textura y sabor.

Además, hay un factor que pocas veces se tiene en cuenta: la cáscara del huevo es porosa. Esto significa que, si hay condensación de agua en su superficie por los cambios térmicos, pueden ingresar microorganismos al interior. Esa es una de las razones por las que se insiste en evitar guardarlos en la puerta.

HUEVOS EN LA HELADERA

Un consejo práctico es sacar de la heladera únicamente los huevos que se van a usar en el momento. Dejar todo el maple sobre la mesada mientras se cocina también expone al resto al calor ambiente y acorta su vida útil. Guardar y sacar lo justo ayuda a que se mantengan en mejores condiciones.

Otro aspecto a tener en cuenta es que los huevos no deben lavarse antes de guardarlos. Aunque pueda parecer una medida higiénica, ese lavado elimina la cutícula natural que protege la cáscara, dejándola más vulnerable a contaminaciones. Lo recomendable es limpiarlos solo en el instante previo a usarlos, si es necesario.