Las freidoras de aire revolucionaron la cocina por su capacidad de lograr texturas crujientes utilizando muy poco aceite. Su popularidad creció de manera exponencial, ya que representan una alternativa más ligera frente a la fritura tradicional. Sin embargo, diversas investigaciones encendieron señales de alarma al vincular su uso con la formación de sustancias potencialmente nocivas.
El centro de la discusión es la acrilamida, un compuesto que aparece en alimentos con alto contenido de almidón, como papas o pan, cuando se cocinan a temperaturas elevadas. Esta sustancia se origina durante la llamada reacción de Maillard, la misma que otorga el color dorado y el sabor característico a las preparaciones. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) la clasifica como “posible carcinógeno”, basándose en estudios realizados en animales.
Aunque no existe evidencia contundente que confirme un vínculo directo entre el consumo habitual de acrilamida y el desarrollo de cáncer en humanos, los especialistas recomiendan moderación. El riesgo no está exclusivamente en las air fryer, sino en cualquier técnica de cocción que exponga los alimentos a altas temperaturas por tiempos prolongados.
Air fryer freidora de aire
Controlar la temperatura de cocción y elegir electrodomésticos sin materiales tóxicos son medidas clave para reducir posibles peligros.
Hogarmania
Por qué la freidora de aire puede causar cáncer
El debate gira en torno a si las air fryer producen más acrilamida que otros métodos. La comparación con la fritura convencional muestra que, en algunos casos, generan menores niveles, aunque siempre más elevados que técnicas como el hervor o la cocción al vapor. La clave está en los alimentos elegidos, la temperatura y el tiempo de exposición.
Para minimizar riesgos, se aconseja no superar los 180 °C, evitar que las comidas se doren en exceso y, en el caso de las papas, remojarlas previamente en agua. Esta práctica puede reducir la formación del compuesto en hasta un 40 %. También se sugiere no recalentar varias veces los mismos alimentos fritos, ya que eso potencia la acumulación de sustancias dañinas.
La Academia Española de Nutrición y Dietética también advierte sobre posibles componentes tóxicos en algunos materiales de fabricación. Por eso recomienda verificar que las bandejas de cocción no contengan PFOA, BPA ni coberturas de teflón, compuestos que podrían liberar residuos al exponerse a altas temperaturas.
freidora de aire
La acrilamida aparece en alimentos ricos en almidón al cocinarse por encima de los 120 °C, lo que genera preocupación sobre su impacto en la salud.
En conclusión, las freidoras de aire no son por sí mismas una amenaza comprobada, pero su seguridad depende de un uso responsable y de la elección de equipos libres de materiales peligrosos. La prevención y una alimentación equilibrada continúan siendo las mejores herramientas para cuidar la salud.